Daniel FIlmus es sociólogo, educador y político. Obtuvo dos títulos de posgrado: una Especialización en Educación de Adultos y una Maestría en Educación. Fue director de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO) Sede Argentina, durante 8 años. Ocupó el cargo de Ministro de Educación, Ciencia y Tecnología de Argentina durante la primera presidencia de Néstor Kirchner, en el período 2003-2007, fue diputado nacional y secretario de Malvinas, Antártida y Atlántico Sur.

En diálogo con El Canciller, repasó la situación de las vacunas de producción nacional, de los avances científicos y tecnológicos desarrollados en el país y afirmó que "la Argentina tiene un lugar para ocupar en el mundo". También, aseguró que en las últimas giras internacionales del presidente los convenios científicos-tecnológicos ocuparon un lugar relevante. Además, se refirió al Acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y su relación con los lineamientos de la Ley de Inversión en Ciencia y Tecnología. 

-¿Qué grado de avance tienen los proyectos argentinos para lograr "soberanía" en términos de vacunación contra el Covid-19? 

Los que están más avanzados son dos: el proyecto ARVAC Cecilia Grierson, de UNSAM y CONICET, liderado por Juliana Cassataro, que se encuentra a la espera de aprobación regulatoria del protocolo para realizar la fase I de los ensayos en humanos y se estima que esto sucederá en las próximas semanas. Y el segundo es el proyecto CoroVax, de Fundación Instituto Leloir y CONICET, liderado por Osvaldo Podhajcer, que se encuentra trabajando en el diseño de los protocolos para iniciar la fase clínica I. Los ensayos pre-clínicos finalizarán durante abril y a partir de esos resultados se presentará ante ANMAT el protocolo de ensayos en humanos para su revisión y eventual aprobación.

Los otros proyectos de la UNLP-UBA-CONICET y UNLP se encuentran ejecutando los ensayos pre-clínicos, cuando concluyan, podrán avanzar con la presentación de los protocolos ante la autoridad regulatoria.

- Más allá de los tiempos, manifestó públicamente que la intención es producir vacunas para el país y también exportarlas ¿Se sabe a dónde y si existirán prioridades?

En particular, uno de los proyectos está realizando una consultoría para que el protocolo de ensayos clínicos esté en consonancia con los requerimientos regulatorios de FDA, EMA y ANVISA, entre otras. Esto significa que se está mirando tanto a los Estados Unidos como a la Unión Europea y Brasil como posibles destinos de exportación. En el marco general, estamos pensando en atender la demanda del Mercosur y la región.

- El desarrollo de vacunas necesita de biotecnólogos y diversos especialistas de disciplinas experimentales. Se ha hablado de éxodo y de la búsqueda de posibilidades fuera del país ¿Qué medidas se están implementando desde el Ministerio para atender demandas y evitar la denominada "fuga de cerebros"? 

La principal motivación que tiene un científico es tener proyectos desafiantes y sentir que lo que realiza es valorado y tiene apoyo. Así que la primera condición es la que se ha podido revertir con este gobierno de Alberto Fernández, que es volver a generar las condiciones de entorno para que la Ciencia ocupe un lugar importante y que los científicos encuentren motivación y respeto por su trabajo. Después está trabajar en las condiciones materiales, que también son importantes, como el incremento de salarios, las inversiones en equipamiento y el acceso a financiamiento.

La ciencia hoy es un muy buen puente de vínculo con otros países y con otras sociedades. En las últimas visitas del presidente, el componente de convenios científicos-tecnológicos ocupó un lugar sumamente relevante, así que Argentina tiene un lugar para ocupar en el mundo y ser una referencia también en materia de Ciencia y Tecnología, y eso seguramente va a generar condiciones no solo para que los científicos que están se queden, sino para que nuevas generaciones se sientan motivadas en formarse e involucrarse en Ciencia y Tecnología.

Daniel Filmus en juramento al nuevo ministro de Ciencia y Tecnología.
Daniel Filmus en juramento al nuevo ministro de Ciencia y Tecnología.

- Algunos científicos consideran que la ciencia argentina está perdiendo competitividad ¿Dónde considera usted que radica el mayor problema y cómo solucionarlo? 

La Ciencia y la tecnología argentina siguen sosteniendo un alto nivel de competitividad. Por supuesto, hay áreas que son más competitivas. Hay otras donde tiene competencia regional y no global. ¿Cuál es el problema fundamental para sostener esto? A diferencia de otros países, la Ciencia y la Tecnología aquí, aún no son políticas de Estado. 

Las políticas fueron claramente pendulares, con momentos de alto impacto tecnológico, como fue la primera etapa con Alfonsín o los años del 2003 al 2015, y momentos en donde se consideró que la Argentina no tenía condiciones para invertir en Ciencia y Tecnología, por eso se mandó a los científicos a lavar los platos en los 90, o con los últimos cuatro años de Macri, en donde la Ciencia y la Tecnología cayó del 0,37 del PBI al 0,22. También se degradó el Ministerio de Ciencia y Tecnología. Por eso, es muy importante volver a pensar la Ciencia y Tecnología como política de Estado. La mejor forma para solucionar los problemas de competitividad es pensar herramientas a largo plazo que no estén atadas a calendarios electorales.

- Un problema que tiene la ciencia argentina es la falta de articulación y coordinación entre la educación superior universitaria y el Ministerio de Ciencia y Tecnología, por ejemplo, a la hora de alcanzar una mayor cantidad de egresados universitarios en carreras claves. ¿Cómo evalúa usted la relación entre el Ministerio y las universidades a la hora de producir conocimiento científico y recursos humanos? 

El sistema tecnológico es complejo y diverso. La mayor parte de este sistema recae en las universidades nacionales y en el CONICET. En este contexto, las universidades cobran un rol fundamental. El 60% de los investigadores argentinos están radicados en las universidades. La mayoría tienen doble pertenencia, entre el CONICET y las universidades. 

La diferencia principal es que las universidades gozan de autonomía, y el CONICET define estrategias en base a las necesidades de la sociedad y del país. Por otro lado, hay un tema tradicional en la Argentina que es la falta de vocaciones científicas. La falta de enseñanza de las Ciencias en la primaria y las secundarias hay que revertirla. No es un tema de universidades, sino en el modelo de enseñanza de las ciencias en primaria y secundaria. 

Debemos fomentar vocaciones. Por eso, estamos desarrollando un programa de vocaciones tempranas para la enseñanza de la ciencia que tiene que ver también con la necesidad de despertar curiosidad y generar entusiasmo en las vocaciones científicas. Hay algunas señales que empiezan a ser alentadoras, sobre todo impulsadas por el mercado de trabajo que exige más y paga bien y hay áreas con fuertes déficit como software, nanotecnología, biología, geología, física y química, entre otras. Claramente, debemos trabajar para ofrecerles mejores oportunidades a fin de evitar que decidan irse del país. 

- En el marco del acuerdo que se puede alcanzar con el FMI, el cual podría significar un ajuste del gasto público, sería muy contradictorio que toque a su cartera... 

Una de las demostraciones de las preocupaciones y el interés de nuestro gobierno en términos de investigaciones científicas es cambiar la matriz productiva. También, por supuesto, la matriz de exportaciones, volcándola hacia áreas con mayor avance científico y  tecnológico, con más valor agregado. De esta manera, la Ley de Inversión en Ciencia y Tecnología se va a cumplir a ultranza.Se prevé llegar al 1% del presupuesto en el año 2032.  El próximo año vamos a pasar del 0,28% al 0,31%. Podemos estar tranquilos que gracias al papel que Alberto Fernández y Guzmán ven para la Ciencia y la Tecnología, ellos apuestan a combinar crecimiento económico con integración social.