El arribo de un avión con tripulación venezolana e iraní –dentro de la cual una parte pertenece a una fuerza calificada como “terrorista” por Estados Unidos– desató una confrontación política entre el Gobierno y la oposición por el manejo de la situación. Idas y vueltas entre las fronteras con los países vecinos, prohibición de salida, allanamiento y citación de funcionarios al Congreso. ¿Cómo fue la cronología del escándalo?

Lunes 6. El Boeing 747-300M de matrícula YV3531 y perteneciente a la compañía EMTRASUR, que operaba el vuelo 9218 –proveniente de Caracas, Venezuela–, aterrizó en el Aeropuerto de Ezeiza y se dirigió a la Terminal de Cargas (TCA). Eran 17 tripulantes: 12 venezolanos y cinco iraníes –Mohammad Khosraviaragh, Gholamreza Ghasemi, Mahdi Mouseli, Saeid Vali Zadeh, y Abdolbaset Mohammadi–. En un principio, pudieron ingresar sin problemas al país, dado que no cuentan con alertas o restricciones oficiales. Pero, horas más tarde, se conoció la pertenencia de parte de la tripulación a empresas vinculadas a la Fuerza Quds de la Guardia Revolucionaria de Irán, calificada como “terrorista” por el Departamento del Tesoro de los Estados Unidos en 2007.

Martes 7. Según la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA), la nave “transportaba autopartes para una automotriz”, Volkswagen. Se encontraron irregularidades en la documentación de la empresa operadora, como la declaración de una mayor cantidad de tripulantes que la que se encontraba efectivamente en la aeronave y que, a su vez, duplicaba la necesaria para manejar ese avión. Más tarde, la compañía presentó más información, pero no pudieron partir por problemas en el acceso a combustible, dado que ninguna compañía quería suministrárselo por posibles sanciones de Estados Unidos.

Miércoles 8. Los 12 venezolanos y cinco iraníes despegaron con rumbo a Uruguay, pero pocos minutos después, en el aire, el país vecino negó su ingreso “por razones similares a las que motivaron los controles argentinos”. Lo mismo hicieron Paraguay y Brasil. Por eso, el avión debió regresar a Buenos Aires. Allí, se solicitó el desembarco de la docena y media de hombres y, dado que sus horas de servicio estaban vencidas, la Dirección Nacional de Migraciones dispuso la autorización provisoria de su permanencia en territorio argentino –aunque no su ingreso legal– y la retención de sus pasaportes, que fue ratificado por la Justicia cinco días más tarde. Los extranjeros quedaron alojados en un hotel de Ezeiza. Además, se inspeccionó la carga de la nave, aunque no hubo hallazgos “de interés”.

Viernes 10. Dos días después, la noticia comenzó a generar revuelo político. La AMIA y la DAIA exigieron más explicaciones y un grupo de diputados de Juntos por el Cambio (JxC) realizaron un pedido de informes al Gobierno sobre la finalidad del vuelo. Además, realizaron una presentación judicial.

Domingo 12. Las autoridades argentinas habían informado que tanto el avión como parte de su tripulación pertenecían a la empresa iraní Mahan. El domingo pasado, el gerente de Relaciones Públicas de la compañía, Emir Husseini Zevalnuri, aseguró que la nave había sido vendida hace un año a Venezuela –a la aerolínea de bandera Emtrasur– y que no pertenecía más al país asiático. Por su parte, el ministro de Asuntos Exteriores, Said Khatibzadeh, planteó que la acusación de Occidente es una "operación de propaganda" contra Teherán como consecuencia de sus políticas nucleares.

Gholamreza Ghasemi, el piloto de la aeronave retenida en Ezeiza, junto al copiloto.
Gholamreza Ghasemi, el piloto de la aeronave retenida en Ezeiza, junto al copiloto.

Lunes 13. El ministro de Seguridad de la Nación, Aníbal Fernández, confirmó que “parte de los tripulantes son de la Guardia Revolucionaria de Irán”. La que salió a criticarlo fue su predecesora en el cargo y actual presienta del PRO, Patricia Bullrich, quien sostuvo que lo ocurrido “es una falta gravísima” del funcionario nacional. A la noche, el flamante titular de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI), Agustín Rossi, planteó una hipótesis. “Los iraníes son instructores y les estaban enseñando a pilotear a los venezolanos”, dedujo en las pantallas de C5N.

Martes 14. Temprano, el juez a cargo de la causa, Federico Villena, ordenó el allanamiento del hotel donde se encuentran los tripulantes, a quienes les tomaron sus huellas dactilares y les prohibieron la salida del país, también se les secuestraron sus celulares. Tanto los iraníes como los venezolanos se mostraron tranquilos durante todo el operativo y no mostraron resistencia.

Más revuelo político. Por sospecha de “complicidad” del Gobierno, este martes la oposición citó a Aníbal Fernández y al ministro del Interior, Eduardo ‘Wado’ de Pedro, a dar explicaciones en el Congreso. “Es una vergüenza y una muestra más de la inoperancia del Gobierno”, expresó Horacio Rodriguez Larreta. Bullrich, por su parte, opinó sobre la hipótesis de Rossi: "Me pareció una explicación de jardín de infantes”. Y agregó: "Nosotros nos enteramos el martes, y el Gobierno el viernes y no hizo nada hasta ayer. La palabra es complicidad”. Más tarde, Fernández explicó porqué los dejaron entrar al país: “No existían alertas rojas de Interpol” .