Este viernes, el Gobierno de Italia anunció que endureció sus leyes de ciudadanía. A través de una nueva medida, impedirá que miles de argentinos con ascendencia en ese país puedan conseguir el tan ansiado pasaporte europeo

A partir del 28 de marzo, aquellos que sean descendientes de cuarta generación o más ya no serán elegibles para convertirse en ciudadanos italianos. 

Hasta hace poco, la ciudadanía italiana era una de las más accesibles. Sin embargo, tras la asunción de Giorgia Meloni, el asunto se empezó a complicar. Nuevas trabas acomplejaron la gestión, y cada vez son menos los argentinos que estarán habilitados para conseguir el pasaporte. 

Hasta ahora, cualquier argentino que pudiera certificar que tuvo un antepasado italiano vivo después del 17 de marzo -fecha en la que se creó el Reino de Italia- estaba habilitado a pedir la ciudadanía a través del ius sanguinis (derecho de sangre).

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Ahora, sin embargo, la situación cambió. Una decisión del Consejo de Ministros, que aún puede ser modificada luego de ser tratada en el Parlamento, modificó la antigua ley y le cercenó a miles de personas la posibilidad de aplicar para la ciudadanía.

A partir de este viernes, solo podrán iniciar el trámite aquellos que tengan padres o abuelos italianos. Luego del anuncio, varios argentinos que ya habían comenzado la gestión pero que no cumplían con el nuevo requisito, exigieron explicaciones sobre su situación.

El ministro de Asuntos Exteriores de Italia, Antonio Tajani, declaró a la agencia Reuters que el sistema estaba colapsado con "aspirantes a italianos saturando los consulados en el extranjero con solicitudes de pasaportes, que permiten la entrada sin visa a más países que casi cualquier otra nacionalidad".

"Ser ciudadano italiano es algo serio. No es un juego para obtener un pasaporte que te permita ir de compras a Miami", agregó.