Otra vez, la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner volvió a plantar con un solo movimiento un giro inesperado en la rutina política que, además, significó una paradoja: con un quiebre de bloque, unificó criterios entre kirchneristas y albertistas en el Senado. El Frente de Todos (FDT) pasó a ser un interbloque conformado por dos bloques –el Frente Nacional y Popular (FNyP), con 21 integrantes, y Unidad Ciudadana (UC), con 14 miembros–. El primero, conducido por José Mayans, responde a los gobernadores; mientras que el segundo, encabezado por Juliana Di Tullio, a la exmandataria.

De esa manera, el oficialismo logró quedarse con los dos consejeros representados por la fuerza mayoritaria de la Cámara –FNyP–, dejarle el tercero a la UCR –que cuenta con 18 seandores– y hacerse del cuarto legislador en disputa con su anexo cristinista. Con la jugada, Luis Juez, el propuesto por el PRO, quedó afuera.

VAR

A las 15.30 se reunió la Mesa Nacional de Juntos por el Cambio (JxC). De allí salió un comunicado en donde formalizaron el principal argumento de su rechazo: el tema de los plazos. Según la cosmovisión opositora, además del inconveniente “moral” de la jugada de la vice, el movimiento se hizo varios días después del viernes 15, fecha en la que finalizaba el plazo fijado por la Corte Suprema para la adecuación del Consejo de la Magistratura (CM).

“Llegaron tarde”, afirmó a El Canciller uno de los que presenciaron el zoom dirigencial. Horas más tarde, el interbloque dirigido por Alfredo Cornejo se reunió en su despacho para definir el tono de la carta que le enviarán al presidente del Máximo Tribunal –y del órgano de control, en simultáneo–, Horacio Rosatti, para anoticiarlo de cómo estaban compuestos los bloques al momento del fallo dictado por los cortesanos.

En línea con la dureza que el conflicto palaciego viene manifestándose, desde el Instituto Patria señalan la hipocresía de la oposición. “Contorsionan la letra de la ley como conviene a sus intereses”, plantearon ante este medio al tiempo en que marcaron un antecedente que incomoda a JxC. Fue cuando, en 2015, la actual senadora y por entonces diputada Anabel Fernández Sagasti dejó su lugar en el CM. El kirchnerismo propuso a Marcos Cleri para su reemplazo, pero Cambiemos –oficialismo en ese momento– juntó las firmas de más de una docena de bloques y designó a Pablo Tonelli. La decisión fue ratificada por la Justicia dos años más tarde.

Pero además, en la Mesa Nacional se definió seguir adelante con la avanzada judicial con la presentación de un amparo en el Juzgado Número 3 en lo Contencioso Administrativo Federal -que tiene el expediente iniciado hace 15 años y que terminó con la declaración de inconstitucionalidad de la ley de 2006- para pedirle que ejecute el fallo de la Corte e intime a Cristina a designar a Luis Juez.

“Se estarían contradiciendo con lo que la Justicia resolvió en caso anterior. Ergo, sería una evidencia más de cómo y para quiénes juegan los cortesanos”, sostuvo una senadora alineada a la vicepresidenta. Ya consumada la designación del frentetodista Martín Doñate por parte de la titular provisional del Senado, desde la oposición aseguran que avanzaran igual, “por el tema de los plazos que no se respetaron”.

Bifurcación

Cuando se conoció la jugada de la Cámara alta, surgió la duda de si el FDT implementaría la misma estrategia en el recinto presidido por Sergio Massa. Las fotos de las últimas semanas junto a la principal accionista de la coalición gobernante quedaron en un globo aerostático y muy lejos del terreno, donde por la tarde sorprendió una resolución del tigrense donde se formalizó la designación de la radical Roxana Reyes por la segunda minoría.

El titular de la Cámara baja mantiene un vínculo con la oposición ostensiblemente más amigable que el de la exjefa de Estado. El bloque dirigido por Germán Martínez, en tanto, quedó entero y sin fisuras. Sin embargo, el líder de la bancada aseguró minutos más tarde en conferencia de prensa que no está de acuerdo con la designación de la diputada de la UCR y que presentará una impugnación. “Esta decisión deja sub-representado a mi bloque”, alertó en otro giro que dejó en evidencia la bifurcación en la estrategia del Gobierno en esta discusión parlamentaria.

Lo cierto es que, en representación de los diputados nacionales, en el Consejo estarán Tonelli y Reyes por parte de JxC; Graciela Camaño, de Interbloque Federal; y Vanesa Siley, del FDT. Es decir, el oficialismo, que es la fuerza mayoritaria en el hemiciclo, tendrá solo una consejera de cuatro. Por otra parte, lo expresado por Martínez deja entrever también que la iniciativa dialoguista no fue consensuada hacia dentro del espacio, sino que fue producto de la determinación de Massa. Lo que es incierto aún, es quiénes saldrán beneficiados por la disputa palaciega por el poder en el órgano que controla el Poder Judicial.