Catamarca: la provincia sin coronavirus
En diálogo con El Canciller, el Gobernador provincial Raúl Jalil da a conocer la fórmula de por qué en la región no hay contagiados. La flexibilización de la cuarentena y la situación económica.
Para Catamarca, la pandemia del coronavirus encierra una extraña paradoja: la provincia replica el aislamiento social obligatorio que rige en todo el país, aunque es el único distrito, junto a Formosa, que no registró ningún caso positivo de COVID-19 entre sus habitantes.
La pregunta que surge es, entonces, cómo transita la pandemia una provincia que teme un brote, aún cuando no haya ningún infectado.
"Fue una mezcla de suerte y trabajo en equipo", respondió Raul Jalil, gobernador de Catamarca, ante la consulta de por qué esta provincia no tiene, todavía, ningún caso positivo de coronavirus.
"Tomamos decisiones anticipadas, como lo fue la obligatoriedad de usar barbijo en espacio público. Pero que no hayamos tenido infectado no quiere decir que en el futuro no lo tengamos. Creemos que algún que otro contagiado vamos a tener. Por eso venimos trabajando en aumentar la infraestructura de Salud, por ejemplo, con la inauguración del hospital Carlos Malbrán", completó.
En comparación con las otras provincias, la cantidad de testeos en esta región es relativamente baja. Al 10 de mayo, un total de 140 catamarqueños se les realizó el hisopado PCR para conocer si tenían coronavirus. En Buenos Aires, por caso, el testeo diario es de casi 1.000 pruebas.
El Comité de Emergencia Provincial (COE) justifica que sólo se realizan pruebas de COVID-19 a aquellos con síntomas compatibles con la definición de "caso sospechoso" del Ministerio de Salud de Nación.
De las 140 pruebas, claro está, todas dieron negativas.
Otra de las medidas que se destaca en el ateneo epidemiológico provincial es haber suspendido, tempranamente, los eventos masivos en la provincia: desde el 10 de marzo que no se permitió ningún evento cultural que agrupe a muchas personas en un espacio limitado.
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Cruce fronterizo
Y ante la falta de casos locales, en Catamarca el énfasis está ubicado en la entrada y la salida de la provincia. Las fronteras de la región están cerradas, salvo un ingreso a la capital: "Solo puede entrar la gente que tiene los permisos nacionales y los que están permitidos por los decretos, es decir, los alimentos, la minería, que son las cosas que ahora están funcionando", explica Jalil.
Pero había muchos ciudadanos que, al momento de declarada la pandemia, se encontraban en otras provincias y querían volver a sus casas. Para ello, explicaron desde el Ministerio de Salud, en los cruces fronterizos se efectuaron controles de temperatura -y hasta de olfato- con la posterior firma de una declaración jurada que los obligaba a cumplir una estricta cuarentena de 14 días. Después se extendió a 28 jornadas. En total, 1.800 personas cumplieron con el confinamiento.
Día a día
Las crónicas locales describen la falta de movimiento en las calles de San Fernando del Valle de Catamarca. Y todos los transeúntes, explican, cumplen con la regla número uno que parte desde el Gobierno: "En la calle, todos con barbijos".
Pero, de a poco, las tareas empiezan a ser habilitadas. En el Catalinas Tenis Club ya se comenzaron a reservar partidos. En las canchas de pádel, lo mismo. Ambas actividades están habilitadas. Eso sí, con un estricto protocolo: sin espectadores, reuniones previas ni saludos entre jugadores. Y la premisa del barbijo sigue vigente, aún cuando es difícil de respetar en pleno peloteo.
Las peluquerías también están habilitadas, con turno previo y una atención máxima de dos clientes por vez, como también abogados, kinesiólogos y el retorno de la obra privada. Los empleados judiciales, a diferencia de la resolución de la corte, también volvieron al trabajo. En todas las actividades, se obliga el uso del barbijo.
¿Qué otras habilitaciones vienen en camino? "Los bares", responde Jalil. "Lo tendrá que definir el Gobierno nacional, pero este miércoles nos juntaremos para definir un protocolo específico para restaurantes y bares", adelantó el gobernador.
La educación, en sus tres niveles, deberá esperar. Por ahora.
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La economía, un elefante en la sala
Sin necesidad de plantear el ¿debate? entre Salud y Economía, en la Gobernación saben que la cuarentena golpeó el bolsillo de los catamarqueños, aún sin ningún caso de COVID-19 registrado y la posibilidad que el virus no circule por la provincia.
De acuerdo a la consultora Politikon, Catamarca fue la sexta provincia que más precisó la ayuda del Estado para la entrega del Ingreso Familiar de Emergencia (IFE): al menos el 23 % de la población (alrededor de 92.000 personas) fueron beneficiaros de la entrega de los 10 mil pesos para paliar la crisis de la pandemia. Y, según el informe del Indec, 4 de cada 10 habitantes de San Fernando del Valle se encuentran debajo de la línea de la pobreza.
Ante El Canciller, el Gobernador -y ex intendente de San Fernando del Valle- agradeció la ayuda financiera del Gobierno nacional, en donde se incluye el pago del 50% del sueldo para las empresas con números en rojo durante el aislamiento social obligatorio. Pero gran parte del circuito del mercado interno queda incluido por los resortes provinciales, ya que Catamarca mantiene la tasa más alta de empleados estatales por habitantes.
Por este motivo, el rumor de la posible implementación de una reforma laboral, en tiempos de coronavirus, generó preocupación en los gremios estatales. "Ninguna reforma va a ser enviada a las cámaras si los sindicatos están en contra", aseguró Jalil, al agregar que la modificación incluiría la modalidad online de parte de los empleos estatales.
La última pregunta lo tomó por sorpresa, ante la consulta por si alguna vez imaginó este estado de situación, luego de asumir como jefe provincial el 10 de diciembre. "Nunca pensé que podía pasar esto. Pero todo pasa, este quilombo mundial también va a pasar", responde Jalil, con la frase patentada de Julio Humberto Grondona.