El Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires se dirigió este viernes por la tarde a la Quinta de Olivos acompañado por Diego Santilli. Ambos participaron de la presentación de un kit de detección rápida de coronavirus, desarrollado por un laboratorio argentino.

Desde el comienzo de la pandemia, primó la transmisión del mensaje de unión entre Rodríguez Larreta y Fernández. Limar asperezas pareció ser una de las claves para mostrar un Gobierno comprometido con la causa mayor. Incluso esta misma semana, en una entrevista con Radio Rivadavia, el presidente destacó el trabajo del jefe de Gobierno de la Ciudad en las villas porteñas, un fierro caliente donde la curva de contagios va en ascenso, haciendo énfasis en que "está actuando con mucha responsabilidad".

Una grieta que sigue abierta

La posibilidad de vislumbrar una salida del aislamiento social, preventivo y obligatorio en la Ciudad de Buenos Aires que dictó Horacio Rodríguez Larreta, alteró el clima de concordia que imperó a lo largo del confinamiento con Axel Kicillof. Este viernes, el reporte oficial marcó 345 nuevos contagios en la Argentina -récord desde la llegada de la pandemia-, de los cuales 214 se registraron en el distrito porteño. El incremento coincidió con un mayor nivel de transmisión en los barrios vulnerables, que representan el 34% de los afectados.

El gobernador de la provincia de Buenos Aires fue el primero en advertir su descontento con las medidas adoptadas por el jefe de Gobierno, al afirmar que no tiene intenciones de que los bonaerenses se trasladen a la Capital para trabajar.

Desde el martes, el alcalde de la Ciudad autorizó a que retomen la actividad librerías, jugueterías, perfumerías, florerías, joyerías, relojerías, mueblerías, marroquinerías, inmobiliarias, pet shops, y concesionarias de autos y motos, entre otros comercios minoristas. También habilitó el retorno de las agencias de lotería y el sistema EcoBici, para viajes de no más de 30 minutos.

La única condición fue que los locales levantaran sus persianas entre las 11 y las 21, para no saturar al transporte público y permitirles a los trabajadores esenciales llegar a sus lugares de trabajo manteniendo las normas de distanciamiento social.

En medio de rumores cruzados sobre presuntas presiones que habría recibido el gobernador porteño desde la oposición y distintos sectores de poder para disminuir las restricciones de la cuarentena, múltiples intendentes bonaerenses se abalanzaron en los medios a cuestionar sus directrices. No así Máximo Kirchner, que en su intervención en la sesión de la Cámara de Diputados le ofreció su apoyo para contener esos supuestos pedidos de flexibilización por parte del Círculo Rojo. El propio Larreta desestimó esas versiones este viernes, al sostener que no recibe "presiones de nadie".

"En el peor momento de la pandemia vamos a tener cerca de 800 a 1000 casos por día. Aún estamos lejos de esa realidad. La semana que viene tomaremos la decisión: si seguir con la apertura o volver a medidas más estrictas", adelantó el ministro de Salud, Fernán Quirós. Esas declaraciones fueron aprobadas esta tarde en conferencia de prensa por su par de Nación, Ginés González García. La Ciudad de Buenos Aires evalúa retomar la cuarentena estricta en caso de que la curva de contagios se dispare sustancialmente en los próximos días.

Los intendentes del primer cordón del conurbano solicitaron -a coro- que desde las oficinas de Parque Patricios avancen con urgencia en esa dirección. El primero en alzar la voz fue el jefe comunal de Esteban Echeverría y presidente del PJ en la Provincia, Fernando Gray, quien informó que el 40% de los casos detectados en su municipio habían contraído el virus en CABA.

"Nosotros hemos hecho una cuarentena muy estricta y creemos que hay que mantenerla, pero cuando la Ciudad de Buenos Aires flexibiliza el comercio y empieza a haber más tránsito y afluencia de público eso impacta negativamente nuestro territorio", afirmó, en un reportaje con Futurock.

La intendenta de Quilmes, Mayra Mendoza, consideró en diálogo con El Destape Radio que la decisión de la administración porteña al habilitar comercios en el marco de la nueva fase de la cuarentena es "un acto de irresponsabilidad". Su par de Avellaneda, Jorge Coki Ferraresi, aseguró ante AM 530 que le "llama la atención" la apertura de actividades económicas, cuando "es el lugar más vulnerable y que más está complicando en toda la región".

Del cordón sur del conurbano también se expresó el jefe comunal de Florencio Varela, Andrés Watson, quien pidió que "evalúen la situación", porque "no están pensando en la magnitud de los contagios". Su colega vecino de Berazategui, Juan José Mussi, respondió que se deberían "cerrar los accesos a la Capital, porque sino la situación no va a finalizar nunca", tras ser consultado por la temática.