Horas después de asumir como ministro de Economía, Sergio Massa anunció un paquete de medidas con el objetivo de promover el orden fiscal, el equilibrio en la balanza comercial y el fortalecimiento de las reservas del Estado. A dos meses de los 10 puntos enunciados en la recordada conferencia de prensa de comienzos de agosto, se materializaron nueve. Algunos, por encima de lo previsto. ¿Cuáles son?

Cero emisión monetaria. En primer lugar, había definido que no se realizaran más Adelantos al Tesoro en lo que resta del año. Cumplió: hasta ahora no se ha hecho ninguno. Además, comunicó que se reintegrarían $10.000 millones que ya se habían emitido. Eso mismo pasó el 8 de agosto, pocos días después de los anuncios.

Congelamiento de planta. En aquel momento, el encargado del Palacio de Hacienda también prohibió el ingreso de nuevos trabajadores al Estado para todos los sectores de la administración pública nacional centralizada y sus dependencias, como entes y empresas públicas. La bajada de línea se mantuvo a rajatabla en los distintos organismos estatales. Incluso, esta última semana el ministro dio a conocer el total de empleados a agosto –323.000 personas–. En tanto, el informe que será de acceso público y se actualizará mensualmente "permitirá controlar que nadie viole el compromiso de no aumentar el personal, salvo cuestiones operativas explicadas”.

Tarifas. En sus primeros anuncios, el ministro informó que fueron 4 millones de hogares los que no solicitaron los subsidios y que, en tanto, comenzarían a pagar la tarifa plena. En cuanto a los 9 millones de usuarios que completaron el formulario, anunció que se subsidiaría hasta 400kw de electricidad por mes. Y que, por encima de este consumo, se pagaría el costo pleno. Todo ello se materializó a mediados de agosto, en una conferencia conjunta con la secretaria de Energía, Flavia Royón. La medida alcanzó al 80% de los usuarios e implicará un ahorro de $500.000 millones anuales.

Mayor producción. Entre las medidas, se destacó también el impulso de regímenes especiales para los sectores de agroindustria, minería, hidrocarburos –petróleo y gas–, con la intención de aumentar su producción. En tanto, el 16 de agosto publicó el decreto que flexibilizó el acceso a dólares al valor oficial para importaciones para el sector de hidrocarburos. El 29 de ese mes, lo propio con el rubro minero.

Comercio exterior. El tigrense también advirtió que habría denuncias por distorsiones en la facturación en el comercio exterior mediante un mayor control. Se avisaba, en ese entonces, que habría presentaciones en la justicia por casos de subfacturación de exportaciones y sobrefacturación de importaciones. Una semana después, AFIP detectó 124 empresas con irregularidades y 722 “en observación” por “más de 13.000 operaciones” de este tipo que implicaron una pérdida de “casi US$ 100.000 millones” para las arcas del Estado. Desde entonces, fueron múltiples las denuncias radicadas tanto en Argentina como en Estados Unidos.

A dos meses de asumir: ¿cuántas de las medidas que anunció Massa se cumplieron?

Liquidación. Quizás uno de los mayores éxitos de su gestión. Al asumir, el ministro anticipaba que habría un adelanto de exportaciones para el agro, pesca y minería que contemplaban ingresos por un total de U$S 5.000 millones en el BCRA. El relanzamiento del “dólar soja” en el mes de septiembre, con condiciones más atractivas para el campo, no solo cumplió con el objetivo, sino que sobrepasó las expectativas. Mediante la herramienta se liquidaron más de U$S 8.000 millones en cuatro semanas, una cifra récord.

Financiamiento. Desde un principio, el tigrense declaró sus intenciones de ir en busca de nuevas líneas de financiamiento. Anticipó desembolsos por U$S 1.200 millones con organismos internacionales para el fortalecimiento de reservas. En concreto, Massa consiguió ampliar los U$S 800 millones del BID a U$S 1.200 millones –se espera que para fin de año sumen alrededor de U$S 3.000 millones–; unos U$S 740 millones de la CAF y U$S 900 millones extra del Banco Mundial que sumaron a los U$S 1.100 millones que ya estaban aprobados. En total, Argentina recibirá desembolsos por casi U$S 10.000 millones en 2022 y 2023.

Bono para jubilados. En aquella conferencia de prensa, el encargado de la cartera económica anunció también que el 10 de agosto se informaría la fórmula de ajuste del índice de movilidad jubilatoria. Pero además, que habría un refuerzo “que ayude a los jubilados a superar la inflación”. Cumplió con su palabra y, además del 15,53% de suba, se otorgó un bono de $7.000 para los dos primeros grupos, de haberes más bajos, a cobrar en septiembre, octubre y noviembre. Durante esos tres meses –y hasta la próxima actualización– la jubilación mínima se ubicó en los $50.000.

Planes por trabajo. Según lo que comunicó en aquel entonces habría un “reordenamiento” de los planes sociales mediante tres ejes: vuelta al mercado de trabajo, fortalecimiento de las cooperativas y protección en caso de vulnerabilidad. Anunció que habría una mejora en las asignaciones familiares y sucedió: a fines de agosto hubo un refuerzo de $20.000 por hijo para 1,1 millones de personas. Además, una auditoría de las universidades. “Quienes no las cumplan, recibirán la suspensión del plan”, aseguró. Dos semanas después, comenzó la auditoría en distintos puntos del país con entrevistas de 15 a 20 minutos a los beneficiarios. A partir de los datos recabados el Ministerio de Desarrollo Social dispuso la suspensión de 40 mil planes Potenciar Trabajo (el 3% del total) por incompatibilidad con otro programa del Estado.

“Crédito Argentino”. En otro orden, Massa informó que unificaría los programas de crédito en una sola línea, con el nombre de Crédito Argentino. Ella fusionaría todas las políticas de promoción del crédito para los sectores productivos, PyMES y comercio por un total de $400.000 millones. Este fue el único de los 10 puntos que aún no se materializó.