Carlos Díaz vivió la mayor parte de su vida tras las rejas. En 2004, cuando tenía 17 años, fue condenado por haber participado en el secuestro y asesinato de Axel Blumberg, un joven estudiante de ingeniería. Algo más de dos décadas más tarde, recuperó su libertad. 

La liberación fue firmada por el juez Walter Venditti, integrante del Tribunal Oral en lo Federal (TOF) N°2 de San Martín, que así argumentó la medida: "Cabe destacarse que la libertad ordenada deberá hacerse efectiva siempre que no exista medida restrictiva de la libertad emanada por autoridad competente, en cuyo caso deberá quedar anotado a exclusiva disposición de la autoridad que lo requiera".

Tras la decisión, Juan Carlos Blumberg, padre de la víctima, declaró a La Nación: "Estoy muy triste, este individuo nunca se arrepintió de nada. Su liberación es una desgracia, debería continuar preso porque en la cárcel tuvo un mal comportamiento. Tuvo una pena menor porque no era mayor de edad en el momento del secuestro y asesinato de mi hijo".

Además, en Radio Colonia, detalló: "Se liberan asesinos, no solo lo mataron a Axel, sino que lo torturaron, le arrancaron uñas y lo quemaron con el cigarrillo".

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"Me acuerdo cuando ya estaba 15 años preso, vino al juzgado con el juez Cisneros y dijo que lo que ellos hacían con los secuestros era un gran negocio", recordó Blumberg, y agregó que Díaz "tuvo mala conducta en la cárcel, siempre se peleaba con los otros reos, no concurría a la escuela y tampoco al lugar de trabajo que tenía que hacer".

Claudia Cesaroni, sin embargo, consideró que fue injusta la condena que recibió el asesino. La abogada de Díaz aseguró a La Nación: "Estaba en condiciones de obtener la libertad condicional desde septiembre de 2017. Durante todos estos años no debería haber estado detenido. Él está detenido desde que era menor de edad. Cumplió de punta a punta su condena y tenía todos los requisitos legales para recibir la libertad condicional, que le fue denegada arbitrariamente".

Axel Blumberg tenía 23 años cuando fue secuestrado por los hermanos José y Carlos Díaz en marzo de 2004. Se aprestaba a ir al cine en San Isidro con su novia, cuando fue abordado por los delincuentes. Seis días más tarde, luego de que la familia no pagara un rescate de $50.000, fue ejecutado de un tiro en la sien derecha. Su asesinato causó gran conmoción en la sociedad y provocó masivas marchas frente al Congreso para exigir Justicia. 

El hecho transformó al padre de la víctima -un empresario textil- en un referente mediático y conferencista en materia de seguridad. El 14 de abril de 2004, el Congreso aprobó la llamada Ley Blumberg (Ley 25.886), que impulsó y que introdujo modificaciones en el Código Penal.