Pese a la disparada de la inflación, que subió un 12,4% en agosto y acumuló un 124,4% en los últimos 12 meses, el Banco Central decidió este jueves mantener la tasa de interés de los plazos fijos en 118% anual. 

Según la autoridad monetaria, "indicadores de alta frecuencia reflejan una desaceleración del ritmo de incremento del nivel general de precios desde el pico de la tercera semana de agosto, que se habría profundizado en lo que va de septiembre". Por eso resolvió mantener las tasas de plazos fijos, con las cuales los ahorristas buscan resguardar el poder adquisitivo de sus ahorros.   

El Banco Central dijo que la inflación del 12,4% estuvo "impulsada por el traslado a precios de la mayor volatilidad financiera registrada en la segunda mitad del mes y la recalibración del nivel del tipo de cambio oficial", es decir, la devaluación.

El emisor se inclinó por esta decisión para no seguir incrementando su deuda, que esta semana alcanzó los $20 billones y crece a un ritmo cercano a los $2 billones mensuales, según revelaron fuentes de la entidad a la agencia Noticias Argentinas.

Las Leliq devengan intereses de casi $2 billones por mes, aproximadamente un 20% de la base monetaria.

Esa "bola de Leliq" es considerada por la oposición como el principal desafío económico de cara al gobierno que asumirá el 10 de diciembre próximo.

Una de las preguntas que se hacen ahora especialistas es si algunos ahorristas podrían desarmar posiciones en pesos para volcarlas a adquirir "dólar MEP" (o dólar bolsa), o divisas en las numerosas "cuevas".

Los economistas discrepaban sobre cuál sería la decisión del Central: si bien, en el último acuerdo, el Fondo Monetario Internacional solicitó mantener las tasas positivas frente a la inflación, tras el elevado porcentaje registrado el mes pasado en el Índice de Precios al Consumidor, el organismo podría pedir modificaciones al respecto. 

Para el economista jefe del Centro de Estudios Económicos y Sociales Scalabrini Ortiz, Federico Zirulnik, el Banco Central debería subir la retribución si “quiere seguir sosteniendo una tasa positiva”. “Hay que tener en cuenta que, más allá del pico de agosto, como consecuencia de la devaluación y las medidas anunciadas, es probable que, para septiembre, baje algo la inflación”, señaló.

En la misma sintonía opinó Camilo Tiscornia, director de CyT Asesores Económicos, al apuntar que la tasa de interés "debería ser más alta" con relación a la inflación prevista. No obstante, el especialista consideró “probable” que no hubiera ajustes hacia arriba "teniendo en cuenta que es una medida que agravaría el déficit cuasi fiscal”.

En contraposición, Sergio Chouza, director de Consultora Sarandí, entendió que "la actitud más prudente, hoy, es dejar la tasa del plazo fijo estable, más allá del fogonazo inflacionario de agosto".

Por último, quien también dio su mirada al respecto fue Alejandro Giacoia de Econviews, y puso en duda el alza, al recordar que si bien "existe el compromiso de mantener tasas reales positivas, el Banco Central puede especular con que baje la inflación en septiembre, algo que no creo que pase, y por eso se quede en este nivel".

La quinta y, hasta el momento, última suba de tasas se dio luego de la devaluación del 22,45% del 14 de agosto, cuando el directorio del Central decidió aumentarla otros 21 puntos y llevarla al 118% nominal anual, en línea con la recalibración del nivel del tipo de cambio oficial que se fijó en $365,50 hasta finales de octubre.

El Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) dio a conocer el miércoles último que la inflación de agosto fue del 12,4%, la más alta desde marzo de 1991, cuando se había registrado un 11% mensual. Con esta aceleración, el indicador acumuló un 124,4% interanual y un 80,2% en los primeros ocho meses del 2023.

El rubro que registró el mayor aumento fue “alimentos y bebidas”, con una suba del 15,6%. Le siguieron “salud” (15,3%), “equipamiento y mantención del hogar” (14,1%), “restaurantes y hoteles” (12,4%), “recreación y cultura” (11,6%), “transporte” (10,5%), “bienes y servicios” (9,4%), “prendas de vestir y calzado” (9,1%), “agua, gas y electricidad” (9,1%), “educación” (8,7%), “bebidas alcohólicas y tabaco” (8,5%) y “comunicación” (4,5%).