El Clúster de Energía de Mar del Plata es una fundación de 54 empresas que comenzó hace tres años con la mirada puesta en Vaca Muerta, pero cuando se enteraron que la off-shore a 300 kilómetros de la costa argentina para la explotación de petróleo podía ser una realidad le cambiaron el nombre y le pusieron el de la ciudad bonaerense. En diálogo con El Canciller, su presidente, Marcelo Guiscardo, aseguró que "si todo va bien", el proyecto "puede llegar a tener exportaciones comparables a las del campo".

- ¿Cuáles son las potencialidades que están a 300 km de Mar del Plata?

Las áreas concesionadas tienen la particularidad de ser inmensas y el tiempo para su explotación también es muy largo. Generalmente, las áreas que se dan en el mundo son más chicas y los tiempos más cortos. Eso se hizo para que las compañías tuvieran una razón de estar acá y que no tuvieran miedo de que hubiera algún problema político. Esto se ha convertido en un proyecto sin grieta: parte de estas áreas están en los kilómetros que se ganaron durante el gobierno de Cristina Kirchner en el área argentina, que pasó de 200 a 300 millas; el proyecto siguió con el gobierno de Mauricio Macri, cuando se licitaron las áreas; y ahora, en el de Alberto Fernández, se va comenzar a producir. Es un proyecto nacional y que puede traer a colación el resurgimiento del país. Si todo va bien, puede llegar a tener exportaciones comparables a las del campo por ejemplo.

- ¿Cómo se enmarca esto en el proceso de transición energética que hay en el mundo?

Hay que ver tres cosas: cuál es el uso energético hoy, en cuánto a qué tipo de energías usas; hacia dónde querés ir; y cuánto gastás de energía per cápita. En Argentina, y en toda Latinoamérica, tenemos muchas cosas favor. Nuestra composición energética es superior a la del 80% de los países del mundo, porque nuestra base es el gas, que es uno de los fluidos de transición, de energía limpia. Comparado con el carbón, el diesel y el gasoil, es mucho mejor. Entonces, en cuanto a nuestra matriz energética, estamos mejor que a lo que el mundo quiere llegar en 20 años.

- ¿Es estratégico apostar al petróleo hoy?

El 97% de los autos en el mundo andan con petróleo. ¿Tenemos que cambiar? Sí, pero el tiempo de cambio va a ser de 20 a 30 años. Yo no veo nada de malo en producirlo para poder seguir en el trayecto de la conversión. Porque ir hacia las energías limpias no es gratis. Hay que producir petróleo para generar riqueza para poder hacer el cambio.

"Esto se ha convertido en un proyecto sin grieta", Marcelo Guiscardo.
"Esto se ha convertido en un proyecto sin grieta", Marcelo Guiscardo.

- ¿Qué pensás sobre las críticas medioambientales a la iniciativa?

No hay progreso sin impacto al ambiente, en nada. No hay ningún proyecto que haga el hombre que no lo tenga. Hasta un molino eólico o producir autos eléctricos lo hace. La gente que está promocionando que la Argentina siga solamente trabajando con las cosas básicas y no trate de tener nuevas industrias está sembrando miedo. Dicen mentiras y exageran. Lo que he escuchado que han dicho hasta ahora no es cierto; son cosas falsas, leyendas y mitos.

- ¿Cómo tomás la presentación judicial que hizo el intendente Guillermo Montenegro para frenar el proyecto?

No sé la razón por la que lo hizo. Es una oportunidad fenomenal. En cualquier momento de la historia de Argentina, esto hubiera sido la mejor de las noticias. En este momento particular, en donde tenemos problemas porque hay gente sin trabajo, tenemos que maximizar los esfuerzos para crear trabajo, y la industria petrolera es la mejor de todas en ese sentido.

- Entre sus fundamentos está la idea de que “no se generaron las condiciones para el acceso a la información ambiental”. ¿Pasó eso?

No hay peor comunicador que un petrolero, somos los peores del planeta en eso. Generalmente, estas comunicaciones las hace el Gobierno. Y yo creo que, en este caso, el Gobierno se contagió de los petroleros, porque no dijeron nada hasta demasiado tarde. Y cuando hay falta de comunicación, se mete gente que habla igual y dice cualquier cosa.

- ¿Hubo un error en cómo se comunicó el proyecto en un primer momento?

Sí, terrible. Todo estuvo mal. Pero desde ese momento hasta ahora, la gente tomó consciencia de la oportunidad de trabajo que se va a generar y muchos están cambiando de opinión. La pesca, el puerto, los astilleros, los laboratorios, los restaurantes y los hoteles: todo el mundo quiere que esto se haga.

- ¿Tuvieron la oportunidad de hablar con el intendente y presentarle esta información?

Acá se hizo una audiencia pública, donde unas 500 personas expresaron su parecer durante tres días. Lo hizo el Ministerio de Ambiente, que luego sacó una resolución para aprobar el proyecto. Esta comunicación se hizo tarde y se hizo mal. Entonces, el intendente dijo “a mi no me dijeron”. Aunque, en realidad, él sabía que esto estaba pasando. Yo creo que se sintió soslayado porque no vinieron a comunicárselo. Hay que darle tiempo a que escuche a la gente que sabe y vea los datos científicos. Yo creo que va a cambiar de parecer.