Barbijos, una ¿solución? para evitar la transmisión del coronavirus
Cinco provincias ya dispusieron la obligatoriedad del uso de barbijos, pese a las recomendaciones del Ministerio de Salud y la OMS. La opinión de Omar Sued, el epidemiólogo que aconseja a Alberto Fernández.
Antes de tomar cualquier medida sanitaria, Alberto Fernández escucha al grupo de expertos epidemiológicos que aconseja al Gobierno Nacional. A pocos días del ¿fin? del aislamiento social obligatorio, el Presidente -junto al comité de especialistas- elabora distintas alternativas para flexibilizar la cuarentena. Una de las dudas que vuelve quedar en el centro del debate es el uso comunitario del barbijo.
Tiempo atrás, el Ministerio de Salud había sido preciso: no era necesario su uso (ni el de las mascarillas faciales) salvo para aquellas personas que hayan dado positivo en el COVID-19 o bien para el personal de salud que asiste en la emergencia sanitaria.
Incluso, la cartera de Salud que comanda Ginés González García alertó -en la página web- acerca de los posibles efectos contraproducentes que podrían tener, como que "las manos se contaminan fácilmente al utilizarlo". En sintonía, la Organización Mundial de la Salud (OMS) también aconseja el uso sólo para "aquellos que atiendan a los infectados" de coronavirus.
En un instructivo, la OMS alerta que el uso de la mascarilla facial requiere un extremo cuidado. "Al quitarse, siempre debe ser por detrás y sin tocar las manos en la parte delantera", anuncia la entidad sanitaria. "Luego se debe desechar en un recipiente y lavar las manos con un desinfectante a base de alcohol, o con agua y jabón".
"Es una herramienta más", según el secretario de Salud de Jujuy
Sin embargo, en las últimas semanas, no fueron pocos los gobiernos locales que aconsejaron ponerse el barbijo una vez que se sale a la calle. "Documentamos dos potenciales contagios de pacientes asintomáticos, que no padecían ninguna complicación de salud y a través de la vigilancia epidemiológica descubrimos que tenían coronavirus", relató Pablo Jure, secretario de Salud de Jujuy.
Junto a La Rioja, fueron las dos primeras provincias que dispusieron la obligatoriedad en el uso de barbijos, pese a las recomendaciones del Ministerio de Salud.
El médico jujeño explica que a partir de ese episodio -y en recopilación "con estudios epidemiológicos"-, desde el consejo de expertos de Salud diseñaron esta iniciativa. "Hay que entender que no es para evitar el contagio sino que es para no transmitir. Es una herramienta más que podemos contar, junto al aislamiento social, el cuidado en el distanciamiento, los recaudos para toser o estornudar, el lavado de manos y la capacitación de la población", expuso el funcionario.
Según las cifras de la propia Gobernación, Jujuy cuenta con cinco pacientes infectados: cuatro de ellos son casos importados y uno de transmisión local, "pero vino desde Buenos Aires".
Ante el decreto firmado por Gerardo Morales, desde el jueves, aquel que no use barbijo por la calle, será multado con 1.000 pesos. Acerca de la garantización de las mascarillas faciales, Jure explicó que "en las campañas de capacitación vamos a enseñar cómo hacer barbijos caseros". "El propio gobernador hizo una demostración de lo fácil que es fabricar uno desde la casa. También contaremos con la colaboración de organizaciones. Será una tarea más para hacer en casa", resaltó.
Por su parte, acerca de los efectos contraproducentes sobre el contagio, Jure aseguró que "los videos instructivos también ayudarán a explicar su uso. Y si bien la fabricación casera tiene un uso límite -especialistas indican que duran alrededor de dos horas- es justamente para saber que no evita el contagio y que la gente aún debe permanecer en sus casas".
Este martes, tres otras provincias se sumaron a la obligatoriedad de usar barbijo en la calle: Misiones, Santiago del Estero y Salta. En la Ciudad, el gobierno porteño recomendó usar "tapabocas".
España, EE.UU. y Chile
La iniciativa -que tiene como meta prevenir el contagio de aquellos infectados asintomáticos- se empezó a propagar por distintos países alrededor del mundo. Las primeras fueron las naciones orientales -Corea del Sur y China- mientras que en el hemisferio occidental aún permanecían vigentes las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud.
Pero con el correr de las semanas empezó a modificarse. España es uno de los primeros países europeos que aconseja su uso. "Es una de las recomendaciones que vamos a implementar", estableció en conferencia de prensa Salvador Illa, ministro de Sanidad. Cabe destacar que España es la nación con más muertos, por millón de habitantes, contagiados de COVID-19.
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Por su parte, los Centros de Control Epidemiológico de los Estados Unidos (CDC, según sus siglas en inglés) decidieron recomendar a los norteamericanos que usen "máscaras faciales de tela" para evitar la propagación del nuevo coronavirus. Mismo caso en Colombia, donde las autoridades sanitarias los aconsejan "cuando sea necesario salir y no se pueda mantener la distancia mínima de un metro, ideal dos, como en el transporte público masivo, taxis, plazas de mercado".
En Chile también dispusieron el uso obligatorio de mascarillas, en este caso, en el transporte público. Su ministro de Salud, Jaime Mañalich, suele subir en su cuenta personal de Twitter, instrucciones acerca de cómo elaborarlos de forma casera.
Las recomendaciones de Sued
Omar Sued es presidente de la Sociedad Argentina de Infectología y Director de Investigaciones Clínicas de la Fundación Huésped. El médico de la Universidad de Buenos Aires y magister en la Universidad de Barcelona integra el equipo de expertos sobre el COVID-19 que conformó el Gobierno Nacional.
En diálogo con El Canciller, el especialista explica por qué algunos países alientan el uso comunitario de barbijos y la posición del Comité que trabaja junto al Ministerio de Salud.
-¿Por qué está nueva tendencia acerca del uso de mascarillas faciales y barbijos?
- Primero hay que aclarar lo siguiente. El barbijo no evita el contagio. A lo sumo, en algunos casos, puede impedir la transmisión, pero lo importante es saber que las medidas de prevención son las que se vienen dando: el mantener la distancia, no salir de las casas, respetar el aislamiento. Después hay que entender que hay tres tipos de barbijos: aquellos que usan exclusivamente quienes atienden a pacientes infectados, que incluso, a veces, suelen ser mascarillas faciales y no barbijos. Luego están los quirúrgicos, que son de tela, que los utilizan los profesionales de la salud, y finalmente están los caseros, que pueden hacerse una remera o un pedazo de tela.
- Sobre los efectos contraproducentes, ¿qué riesgos tienen su uso?
- El principal problema es que aquella persona que esté utilizando el barbijo se sienta protegido "por demás" y rompa con las prevenciones que están estipuladas, por ejemplo, respetar un metro de distancia. Aquel que con el barbijo sienta que puede compartir el transporte con mucha gente a su alrededor o no respetar la fila del banco o el supermercado, generaría un efecto contraproducente. También habría que pensar en el stock de las farmacias para los barbijos quirúrgicos. Pero creo que Estados Unidos, que es quien mueve el amperímetro, como otros países alientan el uso de barbijo casero para evitar el faltante
- El argumento que comentan, por ejemplo, en la Secretaría de Salud de Jujuy, es que la mascarilla o el barbijo podrían prever los contagios de infectados asintomáticos: ¿Funcionaría en esos casos? ¿Hay evidencia científica al respecto?
- No hay evidencia científica de ninguno de los dos lados. Es decir, hay muy poquitos casos de personas que se han contagiado sin tener síntomas, que no hacen a un universo analizable y tampoco se sabe a ciencia exacta que los barbijos caseros podrían prevenir la transmisión. Es una una opción más que no debería generar mucho debate.
- ¿Hay posibilidades que desde el Ministerio de Salud se promueva esta medida sanitaria?
- Nosotros tuvimos una reunión de comité días atrás con las autoridades de Salud sobre este tema y algunos otros que andan circulando. Y decidimos que, por ahora, no vamos a promover esa iniciativa. Aunque tampoco no podemos obligar a que una persona no lo use en caso que quiera. También hay que pensar que hay otros sectores que pueden beneficiarse con esta medida: ante esta cuarentena, el sector textil podría reactivarse con la fabricación de barbijos o algunas cooperativas recuperar incentivos para su funcionamiento.