En el marco del Día Internacional de la Mujer, miles de manifestantes movilizarán en todo el país para exigir una vez más el fin a la desigualdad entre ambos géneros, que se expresa –entre otras dimensiones– también en el mercado laboral. ¿Cuáles son los principales datos que evidencian esa inequidad en este ámbito?

Actividad y trabajo no remunerado. Uno de los factores que en mayor medida propulsan la inequidad de género en el mercado laboral tiene que ver con el trabajo no pago. Según la Encuesta sobre Trabajo No Remunerado y Uso del Tiempo del INDEC, las mujeres realizan el 76% de  las tareas domésticas y de cuidados no remuneradas, como limpiar, lavar, cocinar, cuidar niños, niñas y personas mayores. En promedio, destinan 6,4 horas diarias, que ocupan tiempo que podría dedicarse a cambio de un salario. Esta realidad redunda en una distribución asimétrica del trabajo: así, la tasa de actividad de las mujeres es del 48,6%, alejada del 68,8% de los varones.

Empleo. Las estadísticas del INDEC a partir de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) del tercer trimestre de 2021 muestran que la tasa de empleo en mujeres es del 44,2% y la de los hombres 64% –un 31% más, en proporción–.

Desocupación. Asimismo, el organismo dirigido por Marco Lavagna relevó que la desocupación es del 9% en el caso de las mujeres y un 7% en el de los hombres. De nuevo, una brecha proporcional de casi un tercio más. En el caso de otro índice que mide el centro de estadísticas como lo es la tasa de subocupación, las principales marginadas llegan al 15,8% y los varones apenas al 9,6%. La diferencia ahí es mucho mayor: un 65% más.

Ingresos. Esta inequidad manifiesta se traduce también en una profunda desigualdad en términos de salarios –tanto registrados como no registrados–. Según el Centro de Economía Política Argentina (CEPA), “los trabajadores informales varones perciben un 38,2% más de ingresos que las mujeres; en contraposición, la brecha de las y los asalariados formales es del 19,6%, manteniéndose en el mismo nivel de los últimos cuatro años y ubicándose en la mitad de la brecha informal”.

Menos puestos jerárquicos. Otro síntoma de la inequidad de género en el mercado laboral es lo que se denomina “segregación vertical” o “techo de cristal”: la imposibilidad de muchas mujeres de acceder a cargos de mayor responsabilidad y toma de decisiones –a su vez, los mejores pagos en cada rubro– simplemente por "no ser varón". Un estudio de la jefatura de Gabinete de Ministros precisó que, en el sector público, la distribución de esos puestos es de 44% para las mujeres y 55% para los hombres, mientras que en los cargos superiores la distancia es de 22% contra 78%. A modo de ejemplo, de los 21 ministros nacionales, solo dos son mujeres (Carla Vizzotti y Eli Gómez Alcorta). Asimismo, entre los 26 miembros del Comité Ejecutivo de la Unión Industrial Argentina (UIA), solo tres mujeres tienen su silla.