Este martes, el presidente Alberto Fernández dio inicio formal al período de sesiones ordinarias de 2022 en el Congreso de la Nación. Además del escándalo que protagonizó la oposición al retirarse en medio del discurso, y de los logros y objetivos que enumeró el líder del Frente de Todos (FDT) en sus dos años de gestión, siete nombres propios se colaron en su discurso. ¿Quiénes son?

Juan Domingo Perón. En un tono esperanzador, Fernández pidió que la sociedad argentina enfrente al “fatalismo”, esa “falsa creencia de que la Argentina no tiene salida”. En ese sentido, planteó que la promover “confianza colectiva” es un factor clave para ello. Así, el mandatario citó al expresidente y fundador del movimiento y doctrina peronista: “Para un argentino nada debe ser más importante que otro argentino”. Recordó entonces que “así Perón, hace muchos años, quiso poner fin a la discrepancia social que muchos sembraban”. En tanto, le pidió “a cada argentino y a cada argentina que confíe en su propio país”.

Papa Francisco. El jefe de Estado se refirió a las necesidades propias de la economía popular. Propuso la creación de un “monotributo productivo que simplifique su formalización” y reconoció las potencialidades de ese sector. En ese marco, mencionó al máximo pontífice y sostuvo: “Vamos a asumir el desafío que el Papa Francisco ha propuesto: empujar desde abajo hacia arriba y desde las periferias hacia el centro. La idea del derrame de la riqueza de los poderosos es solo una quimera que jamás se materializa. Ha llegado la hora de que los ingresos se distribuyan en términos de mayor equidad”.

Cristina Fernández de Kirchner. Promediando el discurso el ambiente comenzó a caldearse: el presidente exigió mayor “humildad” en toda la dirigencia política y criticó a Juntos por el Cambio (JxC) por haberlo “dejado sin presupuesto” para este año. “Dicen que los peronistas manejamos el Congreso como una escribanía, pero lo cierto es que, en estos casi 40 años (de democracia) el Congreso nacional solo ha dejado sin presupuesto a Cristina en el año 2010 y a mi este año”, recordó Fernández, quien se encontraba sentado junto a la vicepresidenta.

Mauricio Macri. Un minuto más tarde nombró a otro de los protagonistas de la política contemporánea argentina. “En el año 2018 el entonces presidente Mauricio Macri, decidió endeudar a la Argentina con el Fondo Monetario Internacional, por un monto total de 57 mil millones de dólares”, relató Fernández en el preludio de lo que sería el comienzo del boicoit del PRO a la sesión. El líder del FDT recordó que ese endeudamiento no pasó por el parlamento y que el dinero fue utilizado para la “fuga de capitales”. En tanto, reiteró su pedido de que se investigue judicialmente. Más adelante, Fernández volvió a mencionar a Macri –el único aludido en dos ocasiones–, cuando dijo que la política de incrementos tarifarios de ahora en adelante se inspirará en la Ley 27.443 votada en el año 2018 y “vetada por el entonces presidente”.

Alfredo Cornejo. En medio del tumulto generado por la oposición al retirarse del recinto producto de las declaraciones del presidente en torno a la deuda externa, el senador radical Alfredo Cornejo se paró de su banca y señaló al mandatario acusándolo de “mentiroso” a los gritos. “Yo no miento, Alfredo, vos me conocés”, le respondió Fernández, que intentaba continuar con su alocución, al jefe del bloque de la UCR en la Cámara alta.

El senador Alfredo Cornejo mientras acusó al presidente de "mentiroso".
El senador Alfredo Cornejo mientras acusó al presidente de "mentiroso".

Néstor Kirchner. En medio de la lista de acciones de gobierno que impulsará la administración nacional en 2022, el jefe de Estado mencionó la construcción de un sistema de gasoductos como “uno de los proyectos más importantes para la estabilidad macroeconómica”. Sobre esto, destacó uno en particular: “El gasoducto que llevará el nombre de nuestro siempre recordado Néstor Kirchner tendrá 1.000 kilómetros y demandará una inversión de 2.500 millones de dólares”.

Charles Dickens. Para cerrar su discurso, Fernández citó al escritor inglés para comparar la “época del mundo” descripta por el autor y el “tiempo singular que atravesamos”. "Era el mejor de los tiempos, era el peor de los tiempos. La edad de la sabiduría, y también de la locura; la época de las creencias y de la incredulidad; la era de la luz y de las tinieblas; la primavera de la esperanza y el invierno de la desesperación. Todo lo poseíamos, pero nada teníamos, íbamos directamente al cielo y nos perdíamos en sentido opuesto. En una palabra, aquella época era tan parecida a la actual, que nuestras más notables autoridades insisten en que, en lo que se refiere tanto al bien como al mal, solo es aceptable la comparación en grado superlativo”, pronuncia el conocido extracto elegido por el Presidente.