Lucía Cámpora: "Es urgente debatir una reforma judicial con perspectiva feminista"
La legisladora porteña disparó contra la gestión de la Ciudad en materia de género, opinó sobre la impronta de la Comisión de Mujeres Géneros y Diversidades de la Legislatura y resaltó el papel transformador del Ni una Menos.
Lucía Cámpora es abogada, militante peronista y feminista, actualmente legisladora de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y presidenta de la Comisión de Mujeres, Géneros y Diversidades. También es exvicepresidenta de la Federación Universitaria de Buenos Aires (FUBA).
La referente política y estudiantil que lleva sobre sus hombros el legado de su tío abuelo Héctor José Cámpora, dialogó con El Canciller sobre la agenda de género en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Habló de la impronta que le dará a la flamante comisión de "Mujeres, Géneros y Diversidades" de la Legislatura Porteña y aseguró que "la Ciudad tiene una deuda pendiente en materia de género". Además, revalorizó el rol de Elizabeth Gómez Alcorta al frente del ministerio de la Mujer y sostuvo que es necesario "territorializar más y avanzar en debates necesarios como la reforma judicial feminista".
- ¿Cuándo y por qué surgió tu interés en la temática del género y las diversidades sexuales?
Creo que el estallido del Ni Una Menos en 2015 fue un antes y un después para muchas de nosotras. Lo cierto es que esa movilización fue un hito en términos de masividad y de visibilización de un conflicto, pero entonces reunía en la misma plaza a quienes creían que los femicidios eran un hecho más de inseguridad y a quienes entendían que se trataba de la expresión extrema de la misma desigualdad de géneros que todas atravesamos de manera cotidiana. Generar un consenso en torno a esto último fue un proceso que nos transformó a todas. Desde allí, resignificamos experiencias pasadas y reformulamos demandas hacia el futuro y lo hicimos de manera colectiva.
- ¿En el surgimiento de tu interés hay una influencia de algunas figuras femeninas en particular o algunos hechos históricos en concreto?
Por supuesto, todo eso fue posible gracias al camino recorrido por las feministas históricas, a las conquistas recientes como había sido el matrimonio igualitario, le ley contra las violencias de géneros, la ley de identidad de géneros, el camino trazado por figuras como Eva, las Madres y Abuelas, Cristina, y que esta nueva ola de feminismo vino a aportar una masividad única. Que ese movimiento que se visibilizó con una consigna como fue el Ni Una Menos haya podido dar debates tan importantes de cara a la sociedad, construir agendas de ampliación de derechos, conquistar el aborto legal seguro y gratuito, habla de una capacidad política enorme que además se fortalece al pararse siempre desde lo colectivo y con una mirada popular.
-¿Qué implicancias tiene el cambio de nomenclatura en el caso de la Comisión que preside?
Ya en 2020, nuestro bloque presentó el proyecto para separar la comisión que entonces era de “Mujer, Infancia, Adolescencia y Juventud”, para dejar atrás una idea retrógrada de que mujeres y niñes son temas que van de la mano. Obviamente, no alcanza con el cambio de nombre de una comisión, pero seguir legitimando esta idea desde lo parlamentario era absurdo y atrasaba. Si bien era simbólico, tenía el mismo fundamento por el cual hoy las tareas de cuidado recaen principalmente en las mujeres, a quienes la sociedad pretende ubicar en la esfera del hogar y lo privado.
Por otro lado, las diversidades no estaban siquiera reconocidas en la denominación de las comisiones. Siempre decimos que lo que no se nombra no existe, por tanto era como si para la Legislatura no existieran. Por ello, la diputada María Bielli presentó este proyecto de modificación del Reglamento que finalmente pudimos aprobar en 2022 y así constituir, por un lado, la comisión de “Mujeres, Géneros y Diversidades”, que me toca presidir, y la de “Niñez, Adolescencia y Juventud”. Pretendemos que esto permita darle una mayor visibilidad a la agenda LGBTTQ+ como así también darle un espacio propio a los debates vinculados con cuestiones de géneros y por otro lado a los vinculados con la niñez.
- ¿Qué proyectos buscás impulsar desde la flamante presidencia de la nueva comisión?
Tenemos un gran desafío por delante. Creemos que la Ciudad está en deuda en materia de géneros y que podría tener mejor legislación y un mayor presupuesto en la materia. Es fundamental avanzar en proyectos para una distribución equitativa de las tareas de cuidado, de manera que el Estado tenga un rol activo para que se reconozca el aporte económico que realizan las mujeres que cuidan a niñes, adultes mayores y personas que necesitan cuidados y a su vez que esta tarea se distribuya de manera más equitativa y no recaiga eminentemente sobre las mujeres. Sobre este tema, nuestro bloque tiene un proyecto que viene representando hace años y que el oficialismo se niega a tratar.
¿En qué consiste, según su criterio, esa deuda que tiene la legislación de la Ciudad en materia de género?
Es urgente debatir una reforma judicial con perspectiva feminista, avanzar en la paridad de géneros en el Poder Judicial, en incorporar la evaluación sobre temáticas de géneros a la hora de concursar, en la implementación de la Ley Micaela. Hemos presentado también proyectos en este sentido.
La Legislatura tiene también una deuda que es la aprobación del cupo laboral travesti trans, sancionado ya en el Congreso nacional pero dormido en los cajones de algún despacho. También tenemos que trabajar sobre la implementación de la Ley 1.688 de Centros Integrales de la Mujer.
Mencionaba que hay un gran desafío por delante... En términos concretos ¿a qué se refiere?
El desafío tiene que ver con no quedarnos con espacios ad hoc como son esta comisión en particular, sino imprimirle perspectiva de géneros a todos los debates: nosotras estamos y discutimos los proyectos que pasan por esta comisión, pero también queremos mirada feminista en las comisiones de presupuesto, de vivienda, de justicia, de salud, donde también estamos. Y ya que hablamos de nuestro rol como legisladoras, tenemos que visibilizar que la violencia política es un problema y construir límites claros al ejercicio de una práctica que se reproduce en todos los ámbitos, con mayor proliferación en las redes sociales, y que pretende desalentarnos en nuestra participación.
La agenda es infinita, queremos una ciudad feminista, donde el espacio público sea para todas y todes, donde exista una mayor igualdad en términos de oportunidades laborales y que reconozca el trabajo comunitario fundamental que realizan las vecinas de los barrios populares, una ciudad en la que el sistema de salud esté preparado para atender a todos los géneros, una ciudad que reconozca la diversidad con política concretas y no solo por iluminar edificios públicos en la semana del orgullo. Sabemos que tenemos un desafío porque el oficialismo utiliza sus mayorías parlamentarias para frenar estos debates en la Legislatura y nuestra tarea es abrir las puertas para que el feminismo popular de las calles imponga sus demandas acá adentro.
- ¿Cómo evalúa las políticas públicas que el Gobierno de la Ciudad impulsa en la agenda de género y diversidades?
Son, sobre todo, insuficientes. La Ley 1688 que establece la creación de Centros Integrales de la Mujer, por ejemplo, es muy buena, pero no se cumple. Deberían ser la principal herramienta con que cuente una vecina de la ciudad ante una situación de violencia, pero lamentablemente cuentan con menos presupuesto del que deberían, atienden en horarios reducidos, muchas veces ni siquiera se conoce su ubicación y además hoy tenemos solamente 16, cuando la ley dice claramente que debería haber, por lo menos, 30 (uno cada 50.000 mujeres).
El Gobierno no tiene programas propios de acompañamiento económico y solución habitacional para mujeres en situación de violencia y tampoco se ocupó de difundir el Programa Acompañar, que es nacional pero se implementa a través de las jurisdicciones locales. Este desinterés por parte del GCBA se ve también en que no se jerarquizan las políticas de géneros: no tenemos un ministerio como sí existe en Nación y las pocas políticas se encuentran desvinculadas entre sí entre las distintas áreas.
- A nivel nacional ¿qué opinión le merece el desempeño de Elizabeth Gómez Alcorta al frente del Ministerio de Mujeres, Géneros y Diversidades?
Me parece que fue una conquista de todas tener este Ministerio y hubo medidas importantes: el Programa Acompañar es una herramienta necesaria, porque ofrece un acompañamiento económico a mujeres en situación de violencia y sabemos que eso es fundamental para sortear la dependencia que muchas veces frena a una mujer que necesita denunciar. De otros ámbitos destaco medidas como la de ANSES de contabilizar años de aporte por tareas de cuidado a hijes, la sanción del cupo laboral travesti trans en el Congreso o la implementación del DNI no binarie.
Pero pienso que falta muchísimo, que nos debemos ampliar las medidas que ya tenemos, que debemos territorializar más y avanzar en debates necesarios como la reforma judicial feminista. Tenemos un poder del Estado que no se quiere capacitar como indica la Ley Micaela.