Lejos de relajarse, la inflación mensual en Argentina volvió a acelerarse a valores históricos. El Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) publicó este martes el Índice de Precios al Consumidor (IPC) de febrero, que fue del 4,7% para ese mes y representó una acumulación del 52,3% en los últimos doce meses. Los “Alimentos y bebidas no alcohólicas” fueron uno de las categorías que motorizaron la suba, con un 7,5% de aumento, tratándose de un segmento que impacta principalmente a los sectores más vulnerables.

En las horas previas, el presidente Alberto Fernández había declarado que “el viernes arranca la guerra contra la inflación”, pero lo cierto es que ya era una preocupación para el mandatario en los albores de su gestión, e incluso antes. Durante la campaña para las elecciones de 2019, el entonces candidato del Frente de Todos (FDT) prometía una especial atención en la escalada de precios que, a ya más de dos años de mandato, no logró frenar. ¿Qué decía en aquel momento?

El “miedo”. A pocos días de las PASO, el entonces jefe de Estado Mauricio Macri instó a sus seguidores en sus redes sociales a que compartieran una foto suya con la leyenda “Yo lo voto”, con el argumento de que “a nada le tienen más miedo” al otro lado de la grieta. Fernández no tardó en responder. “Los argentinos tienen miedo de que esta inflación dislocada siga viva ante un presidente que no sabe cómo eliminarla”, lanzó quien encabezaba la fórmula peronista.

Un dígito. Semanas más tarde, con un resultado más que favorable en las primarias, el exjefe de Gabinete de Néstor Kirchner volvió a criticar las medidas que implementó la administración de Cambiemos. "Se atacó la demanda sin entender que Argentina se consume el 70% de lo que se produce", explicó en una visita a la provincia de Mendoza. Después, siguió: “Hoy tenemos el doble de inflación que hace cuatro años. Bajarla no será un tarea sencilla; no será fácil”. Acto seguido, Fernández deseó: “Yo estaría muy contento si al cuarto año terminamos con un dígito de inflación. Estaría muy conforme”. Lo cierto es que las expectativas para los dos últimos años de su mandato están lejos de eso. Sin ir más lejos, en el programa firmado con el Fondo Monetario Internacional (FMI) la “reducción gradual” del incremento de precios tiene como piso –el mejor de los casos– el 38% en 2022 y el 34% en 2023.

La plataforma. Durante la campaña, trascendió un documento institucional del FDT donde se establecía cuál sería el camino a seguir para combatir el problema. Se mencionaba un “acuerdo social” entre los sectores clave de la economía. “Es preciso convocar a una mesa de concertación de precios y salarios tendiente a generar un proceso de freno a la inflación”, planteaba el escrito. Pero, además, el texto también se refería a la importancia de “implementar una política monetaria y fiscal consistente en ese proceso, donde se evite la inestabilidad del tipo de cambio, donde se busque el equilibrio fiscal sustentado en el crecimiento y buenas reglas de gestión intertemporal". No obstante, la inestabilidad en la cotización del dólar persistió, llevándolo desde cerca de los $80 hasta máximos de más de $220 en los últimos meses.

Un presagio. Sin embargo cuando hablaba de acuerdo de precios, el candidato peronista se refería a algo temporal y sobre los primeros meses de su gestión –que finalmente se vio intervenida por la pandemia–. “Significa ponernos de acuerdo entre todos en que durante 180 días podamos recomponer salarios sin que esto signifique aumento de inflación”, explicaba Fernández: un indicio de lo que dos años después se convertiría en el plan Feletti de control de precios.

Debates presidenciales. Algo de eso ya expresaba el líder del FDT en sus intervenciones en los debates previos a las elecciones. “Propongo que nos sentemos en una mesa industriales, el campo, los que trabajan y el Estado y entre todos diseñemos qué país queremos construir”, sostenía mientras levantaba su dedo, un gesto que en las semanas siguientes le criticaron desde Cambiemos. “Le dedicaron mucho tiempo a mi índice, que solo marca errores y señala inconductas. Sería bueno que nos ocupemos del índice de pobreza y de inflación”, contratacó Fernández en los 45 segundos de presentación del segundo y último debate en la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires (UBA).

Con la mitad de mandato cumplido, el jefe de Estado encara sus dos años restantes con el ¿impulso? de un acuerdo firmado con el FMI. Pero, en el complejo camino hacia la reducción inflacionaria, también carga con el peso de las palabras que enunció antes de asumir y se encuentra frente a barreras que obstaculizan el recorrido, como la presión de los precios internacionales disparados por la crisis de las cadenas productivas a causa de la pandemia y, luego, por el conflicto bélico entre Rusia y Ucrania. Desde el inicio de la "guerra contra la inflación", al presidente le quedarán 632 días mostrar su ofensiva.