Con 202 votos afirmativos, 37 negativos y 13 abstenciones, el proyecto de ley para la autorización de la refinanciación de la deuda que la Argentina mantiene con el Fondo Monetario Internacional (FMI) obtuvo la media sanción en la Cámara de Diputados. Tras una largo debate en el recinto, el documento que sufrió tres cambios desde su primer borrador hasta su versión final pasó a la cámara revisora. Sin embargo, aún no está garantizada su aprobación allí.

Silencio público y barullo subterráneo. Desde que Máximo Kirchner renunció a su cargo como jefe de la bancada de diputados oficialistas, su madre, la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, se sumergió en el silencio público del que ya ha hecho una herramienta política y evitó dar declaraciones sobre el acuerdo con el FMI. En el bloque de senadores del Frente de Todos (FDT) hay muchos que no se sienten cómodos votando un entendimiento de corte fiscalista. Quizás por eso, cuando se discutía por cuál recinto debía ingresar el proyecto, el jefe de bloque José Mayans le tiró la papa caliente al hemiciclo lindero: “Es más conveniente que el debate se inicie en Diputados por las circunstancias y las visiones que hay con respecto al endeudamiento público”.

“A favor” o “en contra”, más que nunca. Las normas en ambas Cámaras difieren. Mientras que en la baja las abstenciones no generaban ningún inconveniente técnico parlamentario, en la alta cuentan como ausencias. Eso influye en el quórum, que debe ser de 37 legisladores o más. Es decir, si las abstenciones son más que los votos positivos o negativos, se corre el riesgo de que se caiga la sesión y la Argentina quede al borde del default.

La Rosada apura. Horas antes de que comenzara el tratamiento en la Cámara presidida por Massa, la portavoz oficial del Gobierno Gabriela Cerruti brindó su habitual conferencia de prensa de los jueves recordó la responsabilidad de la vicepresidenta: “Cuando uno logra un acuerdo ceden todos y se ponen de acuerdo. Todos tenemos que ceder un poco. Esperemos que esta posibilidad de acuerdo se sostenga en el Senado".

No le consultaron. Las tres modificaciones del texto que ingresó por Diputados se dieron producto de las negociaciones entre Massa y los jefes de bloques opositores, y con la aprobación de Alberto Fernández. Y, como el silencio vicepresidencial persiste, queda latente la incógnita de si a CFK y sus senadores les complacen las últimas modificaciones a la redacción del proyecto, frente a las cuales la principal accionista del FDT no fue consultada.

Sin culpa. Como los cambios se dieron justamente para conseguir más avales por parte de la coalición opositora, podría esperarse entonces un ensanchamiento del apoyo de las mismas proporciones en la Cámara alta. Entonces, surge la duda de si el acompañamiento mayoritario de JxC no le deja la puerta abierta a La Cámpora para que sus cuatro senadores se abstengan sin culpa. Lo mismo para aquellos kirchneristas duros que se sientan tentados por esa opción.

José Mayans y el bloque de senadores del Frente de Todos que dirige.
José Mayans y el bloque de senadores del Frente de Todos que dirige.

Indicios. En los últimos días, la vicepresidenta del bloque Anabel Fernández Sagasti anticipó que la bancada peronista votará dividida. “No será un voto unificado”, adelantó la mendocina. Además, se enturbió el panorama con las declaraciones de un senador aliado al Gobierno que deslizó la posibilidad de optar por el botón rojo. “Todavía no lo decidí. Hablando rápido, en confianza, hoy es no, es negativo, ni siquiera abstención”, amagó Alberto Weretilneck, de Juntos Somos Río Negro, el pasado lunes.

El escenario que no quiere CFK. En la Cámara alta hay una casi paridad entre las fuerzas mayoritarias –35 del FDT y 33 de JxC–. Naturalmente, de acuerdo a la configuración en la que voten ambas y los bloques minoritarios se definirá la aprobación o no del acuerdo. Pero hay un caso especial: el empate. En ese escenario, el reglamento indica que se vota de nuevo y ahí pueden sumarse los senadores que no estuvieron en el primer recuento. Pero si se repite el empate, quien decide es el presidente provisional del Senado, en este caso CFK. Allí, la vicepresidenta debería manifestarse y, por lo tanto, decidir si prefiere ponerse el disfraz de Julio Cobos o acompañar a su compañero de fórmula.

Corre el reloj. De cualquier forma, los tiempos apremian y el Gobierno necesita que el acuerdo se apruebe en el Congreso y se promulgue antes del 22 de marzo, fecha de los próximos vencimientos de deuda por $3.200 millones que el país no puede pagar.

Cuándo. El Senado comenzará este lunes el debate en comisión. El jefe de Gabinete, Juan Manzur, y el ministro Martín Guzmán se presentarán a las 15 ante la Comisión de Presupuesto que preside el senador riojano del Frente de Todos Ricardo Guerra. Será en el salón Azul del Congreso. El objetivo es que este mismo martes se logre un dictamen de mayoría para que pueda ser tratado el jueves en el recinto.