La inflación, el dólar y la interna del Gobierno desaparecieron momentáneamente de la agenda pública en los últimos días por un hecho que ratifica una vez más la centralidad que ocupa Cristina Fernández de Kirchner en la política argentina actual. El pedido de condena de 12 años de prisión e inhabilitación para ejercer cargos públicos del fiscal Diego Luciani a la Vicepresidenta en la causa de “Vialidad” y el rechazo del Tribunal Oral Federal 2 a la solicitud de la exmandataria para volver a defenderse en esta etapa del proceso confluyeron en otra aparición de la acusada, en calidad de defensa pública. Como de costumbre, la acción sacudió la caja del círculo rojo.

En su presentación en su despacho en el Senado, la titular provisional de ese cuerpo cuestionó el criterio de los fiscales para determinar cuándo existe una asociación ilícita; mostró chats entre empresarios como Nicolás “Nicky” Caputo –cercano a Mauricio Macri–, Eduardo Gutiérrez, Juan Chediack y el exsecretario de Obras Públicas, José López, que denotaban cierta familiaridad entre ellos; y denuncia una persecución en su contra con el propósito de proscribirla en las próximas elecciones de 2023. En función de esto último, se abrió la discusión en torno a si el presidente Alberto Fernández debe indultarla o no.

Distintas voces

El indulto es una herramienta prevista por la Constitución Nacional que puede atribuirse la máxima autoridad del Poder Ejecutivo para atenuar, conmutar o directamente eliminar una pena. Tal como lo hizo, por ejemplo, el exjefe de Estado Carlos Saúl Menem, cuando otorgó el perdón presidencial a militares y civiles que habían sido condenados por delitos de lesa humanidad por su participación en la dictadura entre 1976 y 1983. Esa fue la última oportunidad en que se implementó.

En las últimas horas, el exjuez de la Corte Suprema, Eugenio Raúl Zaffaroni, quien afirmó que “si Cristina es condenada, el Presidente debe indultarla”. Como argumento, se preguntó en alusión a 2023: “¿Qué legitimidad tendría un Gobierno electo en medio de proscripciones y manipulaciones de jueces directamente embarcados políticamente y decididos a condenar?”. Así, el excortesano –históricamente vinculado a la titular del Instituto Patria– pidió que en este caso sea la democracia la que le imponga límites a la república, y no a la inversa.

“Es un disparate y un absurdo. No tiene ni pies ni cabeza”, respondió en conversación con El Canciller el diputado nacional del PRO, Pablo Tonelli, respecto a la idea de que existe un intento de proscribir a la Vicepresidenta con una eventual condena. “¿Entonces a cada persona que quiera ser candidata a algo no se la puede juzgar por corrupción porque se la está proscribiendo? Por favor…”, sostuvo indignado.

En la misma línea se expresó la titular del PRO a nivel nacional, Patricia Bullrich. "Lo más grave es que se hable de un indulto, sería la impunidad final en la Argentina", señaló en una entrevista con Radio Perfil. Hasta ahora, Alberto Fernández no ha brindado ningún indicio acerca de la utilización de esa herramienta, simplemente tomó partido en la causa, en la cual consideró que no hay pruebas suficientes para condenar a su compañera de fórmula.

En mayo de 2019, poco después del anuncio de su candidatura, el profesor de Derecho Penal en la UBA opinó frente a las cámaras de TN: "Descreo de los indultos, son una rémora de las monarquías. Los presidentes no están para perdonar a nadie", y aseguró que "solo un estúpido" puede pensar que llegaría a la jefatura de Estado "para indultar a alguien". Sin embargo, para Tonelli, “con este Presidente todo puede pasar”. En ese sentido, agregó: “Es un títere, no resuelve nada por sí mismo. No tiene personalidad ni decisión propia. No sería nada raro que Cristina le pida el indulto y él se lo de”.

Lo legal

El diputado opositor recordó, sin embargo, que no es común que existan indultos en medio de un procesamiento y que, por lo general, es a partir de una condena que se producen. “El indulto está previsto para beneficiar a personas que ya están condenadas. El Presidente puede indultar las penas, de modo que si no hay pena no hay nada que indultar”, argumentó. No obstante, reconoció que hubo casos en lo que sí se produjo, “aunque también es cierto que esos casos de la Corte son anteriores a la reforma de 1994”.

De forma tácita, la advertencia hace alusión a la incorporación del artículo 36 de la carta magna, que establece que “quien incurriere en grave delito doloso contra el Estado que conlleve enriquecimiento ilícito” quedará “excluido de los beneficios del indulto”. A partir de ese entonces, no ha habido perdones presidenciales y existe una amplia gama de grises en las interpretaciones jurídicas sobre cómo opera en esos casos.

La cuestión de los tiempos

Algo que hay que tener en cuenta, además, es que la inhabilitación para ejercer cargos públicos aplica, en tal caso, a partir de sentencias firmes, como por ejemplo de la Corte Suprema. Y, si bien el juicio avanza sin grandes problemas, entre los especialistas existe un consenso de que no habría forma de que, teniendo en cuenta las múltiples apelaciones y ratificaciones de las siguientes instancias, el proceso culmine con una condena firme antes de los comicios del año próximo.

Por eso, Tonelli opinó: “Lo razonable sería esperar a la última condena porque, hasta que no la hay, el Presidente no sabe si efectivamente hay pena o no. Lo sensato sería esperar a que la sentencia quede firme, y ahí en ese caso, podría el Presidente indultar”. A su vez, explicó que no tendría sentido hacerlo antes porque “puede pasar que a Cristina la condene el Tribunal Oral, la Cámara de Casación ratifique y el Presidente la indulte, antes de que el Máximo Tribunal se expida”. Sería, en otros términos, desayunarse la cena.

Algo de eso es lo que planteó también el alfil de la Vicepresidenta, Oscar Parrilli. “Es muy pronto para hablar de un indulto; falta mucho tiempo”, afirmó el senador nacional oficialista en conversación con Futurock. Tonelli, que fue aún más lejos con esa línea, expresó: “Ella no va a tener ningún problema para ser candidata. Porque la prohibición de ser candidato rige por una sentencia firme. Por más que esté condenada por el Tribunal Oral, y hasta eventualmente por Casación, cosa que dudo mucho que ocurra para el momento de las candidaturas de mitad del año próximo, ella puede igual presentarse”. En efecto, concluyó: “Para ello no hace falta ningún indulto”.