Luego de que en los últimos días volvieran a quedar expuestas las diferencias entre el presidente Javier Milei y la titular de la Cámara alta y vicepresidenta, Victoria Villarruel, el Senado tendrá esta semana en sus manos la definición de dos temas muy relevantes para la Casa Rosada. Por un lado, expondrá allí el candidato a integrar la Corte Suprema de Justicia Ariel Lijo, a quien postuló el Ejecutivo a pesar de una fuerte resistencia y críticas; mientras que luego se debatirá en el pleno del recinto el destino del proyecto opositor que busca mejorar las jubilaciones y al que se opone el oficialismo por considerar que atenta contra el "déficit cero".

El juez federal Lijo participará este miércoles de la audiencia pública en la cámara que preside Villarruel, que lo escuchará para luego hacer lo propio una semana después con el catedrático Manuel García-Mansilla, el segundo de los postulantes que presentó el Gobierno para completar las vacantes en el Máximo Tribunal.

Dado que el apoyo opositor es clave, la administración de La Libertad Avanza aceleró recientemente las negociaciones del viceministro de Justicia, Sebastián Amerio, con Unión por la Patria. De allí surgió la necesidad de establecer línea directa con Cristina Kirchner, más allá del diálogo con dirigentes de su entorno. "La señora tiene a 16 senadores. Nos gustaría poder sentarnos a conversar y ver qué van a hacer con los votos", señaló una fuente citada por la agencia Noticias Argentinas, en referencia a la exmandataria y su influencia en el bloque Unidad Ciudad.

Pese a las críticas, desde el Poder Ejecutivo pretenden sumar la mayor cantidad de votos y lograr así la aprobación de ambos aspirantes a la vacante que dejó Elena Highton de Nolasco y el puesto que quedará libre el próximo 29 de diciembre con la salida de Juan Carlos Maqueda.

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En tanto, este jueves será el turno de votar la iniciativa de la oposición para aplicar cambios en el cálculo de haberes jubilatorios, un proyecto que tuvo luz verde en Diputados a pesar de que Milei anticipó que lo vetará porque atenta contra el equilibrio fiscal. Los senadores del oficialismo junto con algunos aliados intentarán a toda costa modificar la propuesta y devolverla en segunda revisión a la Cámara baja.

En medio de la tensión interna, la Casa Rosada le ha dado poco margen de maniobra a Villarruel, ya que desde el Ejecutivo no aceptan siquiera el retroactivo del 8,1% correspondiente a enero que establece el proyecto con media sanción y que apunta a compensar los haberes previsionales desfasados frente a la inflación de ese primer mes del año. 

Entre otros cambios, la normativa prevé la aplicación cada marzo de un 50% de aumento adicional relacionado con la variación de la llamada Remuneración Imponible Promedio de los Trabajadores Estables (RIPTE), además del actual ajuste por Índice de Precios al Consumidor (IPC). Además, para quienes cobren un solo beneficio previsional, la ANSES otorgaría un plus alimentario igual al valor de la Canasta Básica Total de un adulto multiplicado por 1,09. 

Muchos libertarios confían en que es posible convencer a los dialoguistas para modificar el texto de la norma y devolverlo para que los diputados lo reevalúen, tal como sucedió en su momento con la Ley Bases.

En la previa de ambos puntos claves para el Ejecutivo, este martes desde las 16 se reunirá la bicameral que supervisa a los organismos de inteligencia, para votar a sus autoridades. Esa cumbre será a puertas cerradas.