Como entes autónomos, los tres accionistas principales del Frente de Todos (FDT) se mueven con cierta independencia dentro de los márgenes que su propia agenda delimita. En el caso de Cristina Fernández de Kirchner, está claro que la justicia es un tema que la ocupa. Después de la discusión que desató el brusco desembarco de Horacio Rosatti en el Consejo de la Magistratura, el oficialismo en el Senado redobló la apuesta y reavivó el debate sobre si debe ampliarse la cantidad de jueces de la Corte Suprema.

Varias opciones

Este miércoles, desde las 12.30, las comisiones de Asuntos Constitucionales y de Justicia y Asuntos Penales, presididas por Guillermo Snopek y Oscar Parrilli respectivamente, comenzarán a discutir distintos proyectos en ese sentido. Al plenario irán constitucionalistas y diversos expertos del Derecho.

Uno de ellos es el del senador puntano Adolfo Rodríguez Saá, del incipiente bloque del Frente Nacional y Popular (FNyP), que propone ampliar la cantidad de miembros de la Corte de cinco a nueve y federalizar el máximo tribunal con el nombramiento de jueces por regiones. Otro es el de la riojana Clara del Valle Vega, que focaliza en la aplicación de la paridad de género en el Máximo Tribunal.

Los jueces de la Corte Suprema de Justicia: Juan Carlos Maqueda, Horacio Rosatti, Carlos Rosenkrantz y Ricardo Lorenzetti.
Los jueces de la Corte Suprema de Justicia: Juan Carlos Maqueda, Horacio Rosatti, Carlos Rosenkrantz y Ricardo Lorenzetti.

Pero el que pareciera atarse más a las expectativas del interbloque del FDT es el del senador aliado Alberto Weretilneck, oriundo de Río Negro, que apunta a una CSJN de 16 integrantes, más del triple que la actual composición. En el documento, también hay un abordaje en pos de la paridad de género y un cupo federal–sobre este punto, propone que haya al menos tres cortesanos por cada una de las cinco regiones especificadas (Norte, Centro, Sur, Buenos Aires y CABA), habiendo nacido en ellas o residido mínimo durante ocho años–.

A su vez, la Corte quedaría dividida en cinco salas de tres miembros cada una y compuestas por sorteo “para evitar la concentración de poder”. Por otra parte, establece que el presidente del cuerpo se eligiría por el voto mayoritario de sus miembros, el mandato sería de un año y no podría elegirse un representante de la misma región de forma consecutiva.

Un elefante

"Toda la sociedad está demandando un cambio en la justicia”, planteó Weretilneck en las últimas horas. “Ninguno de los jueces actuales puede llevar adelante la transformación que necesita la Justicia. Es necesario sumar nuevos actores”, agregó. El senador, asimismo, marcó un dato para ilustrar la ineficiencia del órgano judicial: en promedio, la Corte sentencia unas 7.500 veces al año, cuando en 2017 ingresaron 14.000 causas o en 2018, otras 28.000.

Ante la consulta de El Canciller, la diputada nacional de Juntos por el Cambio (JxC) Paula Oliveto opinó lo contrario: “Lo que hace la ampliación de la Corte es demorar mucho más el servicio de justicia”. En cambio, la referente de la Coalición Cívica-ARI (CC-ARI) propuso otra solución: “En este país existe la Cámara de Casación. Esa debería ser la última instancia de un montón de situaciones que pasan a la Corte. Eso bajaría mucho el trabajo de la CSJN”. Para la ‘lilita’, además, al existir una sentencia con doble ratificación, “ya debería considerarse firme”. En ese sentido, concluyó: “Casación debería ser el último filtro de un montón de situaciones”.

En busca del consenso

La primera vez que la discusión sobre la cantidad de cortesanos apareció durante el gobierno de Alberto Fernández fue cuando el presidente anunció la reforma judicial a fines de 2020, que después no prosperaría. En 2021 y comienzos de 2022, el futuro de otras tantas iniciativas en la misma materia fue similar: la media sanción en la Cámara alta, pero la imposibilidad de conseguir los apoyos necesarios en Diputados.

Con el apoyo de sus aliados, el oficialismo podría conseguir que el documento pase al recinto presidido por Sergio Massa, pero allí se encontraría con la misma limitante. Por eso, en el FDT tienen en cuenta que para avanzar necesitan hacerlo por consenso. En el mismo sentido se pronunció Weretilneck, quien deseó que “ojalá se sume JxC” ya que “no hay manera de llevar adelante, no solo este proyecto, sino la reforma de la Justicia si no hay consenso”.

Para disgusto del peronismo en el parlamento, en la coalición opositora no quieren saber nada con una ampliación. “No creo que avance en Diputados”, expresó Oliveto, quién además recordó: “Ni siquiera cubrieron la vacante que hay”, en alusión al reemplazo de la exjueza de la Corte, Elena Highton de Nolasco. Detrás de ello, el Gobierno tiene el mismo problema.

Al igual que tras la renuncia de la cortesana y respecto al interinato del Procurador General de la Nación Eduardo Casal, el FDT no logra designar a sus sustitutos porque, justamente, no cuenta con los dos tercios –48 voluntades– necesarios en el Senado. En tanto, más allá del debate en torno a la cantidad de miembros, en caso de aprobarse una reforma por el estilo, el Poder Ejecutivo se toparía una y otra vez con la misma piedra.