Un nuevo aniversario de la conquista del sufragio femenino en Argentina se celebra este viernes. En 1947, hace 75 años, la Cámara de Diputados de la Nación sancionó la Ley 13.010, tras una intensa campaña de promoción liderada por Eva Duarte de Perón. Sin embargo, no fue hasta noviembre de 1951 cuando las mujeres pudieron ejercer su derecho, en las elecciones presidenciales donde Juan Domingo Perón consiguió su reelección y comenzó su segunda presidencia. En esos comicios, el 90% del padrón femenino acudió a las urnas¿Cuáles fueron los precedentes que desembocaron en ese momento histórico?

Comité Pro-Sufragio. En 1907, se creó el Comité Pro-Sufrago Femenino, encabezado por las militantes feministas Alicia Moreau de Justo, Sara Justo, Julieta Lanteri y Elvira Rawson de Dellepiane. La doctora Lanteri, una de las primeras mujeres médicas del país y quien años más tarde protagonizaría un suceso paradigmático, ya había fundado, junto a su colega Cecilia Grierson, la Asociación de Mujeres Argentina en 1904. Además, con la socialista Moreau de Justo creó el Centro Feminista, la primera organización que abogó expresamente por los derechos de esa minoría.

Primer Congreso Feminista. En 1910, a razón de conmemorar el Centenario de la Revolución de Mayo, se reunió por primera vez el Primer Congreso Feminista (PCF) en Buenos Aires, organizado por la Asociación Universitarias Argentinas, presidida entonces por la doctora Petrona Eyle. Se trató de uno de los primeros indicios institucionales de búsqueda de mayor protagonismo, tras varios años donde militantes feministas y socialistas reclamaron por sus derechos sociales y políticos.

Allí, se planteó una concepción de feminismo como “acción inteligente y bien intencionada de la mujer que, compenetrándose de su papel trascendental en la sociedad intenta irradiar su influencia fuera de ella, sea contribuyendo al mejoramiento material de la sociedad, cooperando a su elevación intelectual o embelleciendo la vida por la influencia del arte, defendiendo el derecho del débil, o simplemente preocupándose de hacer de sí misma, un ser capaz de empuñar la vida, en lugar de un cuerpo inerte abandonado a la correntada”.

Pionera. En 1911, cuarenta años antes de que se efectivizara el voto de la mujer, Lanteri -elegida como secretaria general del PCF- protagonizó un hecho histórico: notó que en los requisitos de empadronamiento no existía ninguna cláusula de género. Después de una serie de intentos fallidos, consiguió un fallo favorable de la Justicia y se convirtió en la primera mujer en emitir su voto en el país y en América Latina. Sin embargo, el derecho no se extendió al resto de las argentinas.

Simulacro. En 1920, un grupo de activistas, entre las que se encontraba Lanteri, organizó un un simulacro del voto femenino sobre el cual la escritora y periodista Alfonsina Storni escribió una crónica donde ilustró el acontecimiento.

A 75 años de la "Ley Evita": los pasos previos que llevaron a la conquista de un nuevo derecho

Antecedentes provinciales. Aldo Cantoni, dirigente de la Unión Cívica Radical Bloquista, ocupa también un lugar en la historia. Cuando asumió como gobernador de San Juan, impulsó una reforma de la Constitución de esa provincia que habilitó a las mujeres sanjuaninas a votar e incluso a presentarse como candidatas en las elecciones municipales de 1928. Antes de ello, otra provincia había intentado con un éxito parcial lo mismo: Santa Fe, que, en 1921, también reformó la carta magna de su Legislatura e incorporó los derechos políticos de las mujeres, aunque solo en lo municipal. Sin embargo, la ley fue inmediatamente vetada por el gobernador Enrique Mosca, de la UCR Unificada. Finalmente, fue reconocida de manera legal en 1932 por el mandatario Luciano Molinas, del Partido Demócrata Progresista, y rigió hasta 1935.

Proyectos nacionales. Entre 1911 y 1939, se presentaron diversas iniciativas que proponían el sufragio para ellas. No obstante, la mayoría no avanzó demasiado. La primera fue la del diputado santafesino de la UCR, Rogelio Araya, en 1919. Después, ninguna de las siguientes siquiera se trató en el Congreso, a excepción de una: en 1932, un proyecto obtuvo la media sanción en la Cámara baja, pero se cayó en el Senado.

Acuerdo panamericano. En 1945, la Argentina suscribió a las Actas de Chapultepec, un tratado internacional donde un grupo de países americanos firmaron el documento que solicitaba el otorgamiento del sufragio a las mujeres.

Campaña para la ley. Con la llegada de Perón al poder en 1945, el peronismo se hizo eco de las demandas e impulsó un proceso de concientización y propaganda que embanderó Eva Duarte desde la Comisión Pro-Sufragio –dirigida también por Rosa Bazán de Cámara y Lucila de Gregorio Lavié– dentro de la Secretaría de Trabajo y Previsión. Por esos años, una enorme cantidad de telegramas sin remitente llegaban todos los días a los despachos de los diputados y senadores nacionales. Actrices y actores de ese entonces aparecían en cortos audiovisuales promoviendo el sufragio femenino. Organizaciones de mujeres empapelaron las ciudades con el lema “la mujer puede y debe votar”.

La aprobación. El 9 de septiembre de 1947, con una enorme multitud de mujeres frente al Congreso, la Cámara de Diputados sancionó la ley. Horas más tarde, Evita pronunció un discurso desde el balcón de la Casa Rosada. "Recibo en este instante de manos del Gobierno de la Nación la ley que consagra nuestros derechos cívicos. Y la recibo, ante vosotras, con la certeza que lo hago en nombre y representación de todas las mujeres argentinas, sintiendo jubilosamente que me tiemblan las manos al contacto del laurel que proclama la victoria”, expresó.