A horas de cumplirse cinco meses de la desaparición de Loan Peña en la localidad correntina de 9 de Julio, los padres del niño de 5 años le escribieron una carta al Papa Francisco, a quien le pidieron que los reciba en la Santa Sede.

El escrito fue difundido en las redes sociales por Juan Pablo Gallego, el abogado de la familia. "Le quiero hacer llegar nuestra palabra para que nos ayude a encontrar a Loan", expresó María Noguera, la madre del menor, en la misiva.

"Somos María Noguera y José Peña, madre y padre de Loan Danilo Peña. Nos toca en carne propia vivir el calvario que sufrieron los padres de Jesús. La diferencia es que en aquella oportunidad el Hijo del Padre aceptó ese dolor para Él y sus padres por amor a todos nosotros, sus hermanos. Hoy nos encontramos sin ese amor, sin esa solidaridad, nos encontramos en una lucha despareja", comenzó la carta.

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El matrimonio enfatizó que le "arrebataron" a su hijo "hace casi cinco meses", al "más pequeño de la familia", y recalcó el "inmenso amor a Dios" que tienen ambos. "Necesitamos de usted como el manto sagrado que protege a nuestra virgencita, necesitamos sentir su calor, su apoyo, su compromiso. Rezamos todos los días para que Loan esté bien, lo mantengan sano, y que en algún momento, seguramente cuando Dios lo disponga, podamos volver a reencontrarnos con él", manifestó.

A su vez, Noguera y Peña le expresaron al Papa su deseo de conocerlo y la posibilidad de que los reciba en el Vaticano. "Rezamos por usted, hágalo por nosotros. Amén", concluyeron.

Por el momento, la causa, que investiga la jueza federal de la ciudad de Goya, Cristina Pozzer Penzo, tiene siete detenidos: Laudelina Peña, tía del nene, y su marido, Antonio Benítez; el exmarino Carlos Pérez y su esposa, María Victoria Caillava; el matrimonio integrado por Mónica Millapi y Daniel "Fierrito" Ramírez; y el excomisario de 9 de Julio Walter Maciel.

Loan desapareció el 13 de junio pasado en el Paraje Algarrobal, cercano a esa pequeña localidad correntina, después de almorzar con su padre y algunos familiares y amigos en la casa de Catalina, su abuela de 86 años y quien ofició de anfitriona aquella trágica tarde.