Crimen de Candela: la mamá renunció a la acusación y denunció a los fiscales de "militar la sospecha" sobre su familia
Según Carola Labrador, están intentando "encubrir su accionar negligente, plagado de irregularidades e ilegalidades durante todo el proceso”. Se retiró así del juicio para encontrar a los autores intelectuales.
Más de 12 años después del crimen de Candela Sol Rodríguez, las idas y vueltas en la causa no dejan de tener sobresaltos y polémicas. Este martes, a través de un escrito que presentaron sus abogados, Carola Labrador, la mamá de la víctima, le informó al Tribunal Oral Criminal Nº 6 de Morón su decisión de renunciar a la acusación en el juicio que allí se realiza contra los supuestos autores intelectuales del crimen, entre quienes está el capo narco Miguel Ángel "Mameluco" Villalba.
"Los fiscales han militado y militan la causa de la sospecha sobre nuestra familia para encubrir su accionar negligente, plagado de irregularidades e ilegalidades durante todo el proceso", acusó Labrador, y se bajó de la querella, a través de sus representantes Fernando Burlando y Fabián Améndola.
El cuestionamiento de la mamá de la niña encontrada sin vida el 31 de agosto de 2011, a nueve días de haber sido secuestrada, es sobre el fiscal Marcelo Tabolaro, a quien acusó por "apretar" a ella y su familia como supuestos responsables del hecho.
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"Durante todo este calvario hemos tenido que soportar, como si fuera un peso extra a la cruz que cargamos, la actitud de los fiscales que, lejos de darnos esperanza de hallar justicia, lo único que han hecho es sumirnos en la oscuridad y producirnos todavía más dolor, dirigiendo sus embates contra nuestra familia", indicó en su escrito la madre de la joven, al renunciar a su derecho.
Según Labrador, "no les importa el descubrimiento de la verdad, sino probar su oscura hipótesis", y especificó: "Lo que verdaderamente nos motiva a apartarnos de la figura del particular damnificado, es la desconfianza; la impericia; la desidia y el no encontrar justificativo para profundizar el dolor. Desconfiamos de quienes se han mostrado y se muestran empeñados en sostener la mentira, vaya a saber a caballo de qué oscuros intereses".
Actualmente se está llevando adelante la segunda etapa del juicio por el asesinato de Candela. La primera, realizada en 2017, terminó con dos condenas a perpetua contra los autores materiales del crimen, Hugo Bermúdez y Leonardo Jara.
Pero, en este nuevo litigio, se busca condenar al supuesto autor intelectual, el capo narco "Mameluco" Villalba, de quien se sospecha que estuvo motivado porque el papá de la menor, Alfredo Rodríguez, lo habría "buchoneado" ante la Policía. Según esa hipótesis, este último le marcó lugares de venta de droga en la zona de San Martín, a bordo de un helicóptero.
Villalba sigue el juicio por videoconferencia desde la cárcel de Ezeiza, luego de que el ministerio de Seguridad alertara por un supuesto plan de fuga del líder narco en los traslados a los tribunales de Morón.
Junto al principal señalado, son juzgados el expolicía bonaerense Sergio Fabián Chazarreta, el informante de las fuerzas de seguridad Héctor Horacio "Topo" Moreira y el carpintero Néstor Ramón Altamirano, todos en calidad de "coautores".
La victima, que tenía 11 años cuando fue asesinada, había sido secuestrada cerca de las 15:30 del 22 de agosto de 2011, en la esquina de la casa en la que vivía, en la localidad de Villa Tesei, partido de Hurlingham, cuando iba a juntarse con amigas del Grupo Scout al que asistía.
Fue entonces cuando al menos tres personas la subieron por la fuerza a una camioneta Ford EcoSport negra y la llevaron hasta una vivienda de Loma Hermosa, en el partido de Tres de Febrero. Siete días después, ante un inminente allanamiento policial, la niña fue trasladada a otro domicilio ubicado en Tesei. Según se determinó en el primer juicio, la menor fue asesinada entre esa noche y la mañana del 30 de agosto, a manos de Bermúdez y Jara. Su cuerpo fue hallado en una bolsa de consorcio y con signos de abuso sexual en un descampado cercano a la Autopista del Oeste, a la altura de Hurlingham, en un operativo del que participó el entonces gobernador bonaerense Daniel Scioli.