Dos meses después de ser declarada culpable por un jurado popular por el homicidio con alevosía de su compatriota Eduarda Santos, asesinada a balazos en febrero de 2022 en San Carlos de Bariloche, la brasileña Amanda Alves Ferreira fue condenada este jueves a la pena de prisión perpetua.

Tras escuchar los alegatos de las partes, el juez Juan Arroyo impuso la pena máxima para la acusada, de 29 años y que se autopercibe mujer, y prorrogó la prisión preventiva hasta que la sentencia quede firme.

En julio pasado, Alves Ferreira había logrado evitar una condena por femicidio de un jurado popular, que optó por calificar el hecho como homicidio con alevosía.

Su abogado defensor, Nelson Vigueras, había hecho un pedido de inconstitucionalidad de la prisión perpetua, por considerarla desproporcionada. “Estamos hablando de la individualización de una pena que sobrepasa el límite de la culpabilidad en los distintos grados. Es cruel, inhumana y degradante. Y al no permitir que el juez ingrese a analizar las características paranoides de Amanda en el momento de la ejecución del hecho, hace que a criterio de esta defensa sea una sentencia desproporcionada”, argumentó.

La fiscalía, por su parte, había reclamado que el pedido de inconstitucionalidad de la prisión perpetua fuera rechazado, argumentando que se trató de un crimen con “alevosía” porque la víctima no tuvo opciones de defenderse.

Al explicar su decisión, el magistrado puso énfasis en el informe psiquiátrico de la acusada y dijo que, aunque es probable que hubiese actuado en el contexto de ese cuadro mental paranoide, tal situación no podía asegurarse.

El hecho ocurrió el 16 de febrero de 2022 en inmediaciones de la ruta provincial 77 y el camino al Lago Escondido, en el denominado Circuito Chico de Bariloche, cuando Alves Ferreira disparó nueve veces contra Santos, tras lo cual regresó a su casa y denunció la desaparición de la víctima.

Durante el juicio, la fiscalía hizo hincapié en la violencia de género que padecía la mujer, al asegurar que Santos, madre de seis hijos, dependía económicamente de Alves Ferreira y no tenía familiares ni amigos. 

Según se determinó en la investigación, la hoy condenada estaba en pareja con otro hombre y había contratado a la víctima para tener hijos, a cambio de dinero.

La acusada llegó al juicio como Fernando, pero el juez aceptó un pedido de su defensa para que en los oficios que se emitan al Servicio Penitenciario Provincial sea nombrada como Amanda Alves Ferreira.