Adriana Moralez, una de las médicas acusadas del ataque a 13 recién nacidos, que derivó en la muerte de cinco bebés y ocho descompensaciones en el Hospital Neonatal de Córdoba en 2022, declaró este miércoles en la tercera jornada del juicio que no tiene duda que hubo una "mano asesina" que provocó los decesos. 

La excoordinadora del Comité de Vigilancia y Mortalidad Materna Infantil del hospital compareció en el juicio oral y, a diferencia de lo realizado por la enfermera Brenda Agüero, la principal apuntada por los decesos, aceptó contestar preguntas.

En ese marco, ante la consulta de la fiscal Mercedes Balestrini, respondió que no tenía "dudas" de que hubo "una mano asesina" y exclamó que necesitaba "saber quién mató a esos niños, si la acusada principal es o no" y si "alguien va a volver a hacerlo".

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"A la luz de los hechos, con dos autopsias con causa no natural, me resulta inevitable que no pueda asociar para atrás que Gino, que Isabella, tal vez Francisco, Benjamín y otros niños fueron víctimas", añadió la obstetra y tocoginecóloga.

Por otro lado, indicó que la muerte de los bebés cayó en el Neonatal como "una bomba" y afirmó que se sintió abandonada por el ministerio de Salud de la Nación, que según su relato no le dio ningún apoyo y le inició un sumario interno por los hechos ocurridos.

A su vez, rechazó lo planteado por la defensa de Agüero, que acusó a los directivos del sanatorio como responsables por las muertes por la mala infraestructura y limpieza de la propiedad: "No era una mugre, no se hacían experimentos ni había tráfico de órganos. El hospital Materno Neonatal era una institución excelente, que se ocupaba de cuidar a las madres y a sus bebés".

Moralez se encuentra imputada por el fiscal Raúl Garzón de los delitos de omisión de deberes de funcionario público en concurso ideal con encubrimiento doblemente calificado por la gravedad del hecho precedente y por la calidad de funcionario público.

Luego de su declaración se pasó a un cuarto intermedio y se espera, luego, por la palabra de Claudia Elizabeth Ringelheim, quien era la vicedirectora del hospital al momento de los fallecimientos. El pasado martes declaró Agüero, la enfermera acusada como la principal sospechosa, quien manifestó que era "inocente" y que "no podría volver a tener contacto con un niño".