Su formación, sus luchas y la vida en la cárcel lejos de su familia: la historia de Narges Mohammadi, la iraní ganadora del Premio Nobel de la Paz
La activista fue reconocida por “su lucha contra la opresión de las mujeres” y por “promover los derechos humanos y la libertad para todos".
Narges Mohammadi, la defensora de los derechos de las mujeres que fue encarcelada, ganó el Premio Nobel de la Paz 2023. De esta forma, la iraní obtuvo el reconocimiento que se otorga anualmente a individuos, organizaciones o movimientos que han contribuido significativamente a la promoción de la paz y la resolución de conflictos a nivel global.
"El Comité Noruego del Nobel ha decidido conceder el Premio Nobel de la Paz 2023 a Narges Mohammadi por su lucha contra la opresión de las mujeres en Irán y su lucha por promover los derechos humanos y la libertad para todos", indicó el comunicado oficial.
Según Reporteros Sin Fronteras, Mohammadi permanece en la prisión de Evin, en Teherán, y es objeto de "un hostigamiento judicial y policial para silenciarla".
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Periodista de 51 años, madre de gemelos adolescentes y activista feminista en su país, dedicó su vida a defender los derechos humanos oponiéndose al uso del velo obligatorio para las mujeres o a la pena de muerte, por lo que fue reiteradamente detenida y encarcelada desde hace 22 años. La última vez, en enero de 2022, fue condenada a ocho años de prisión y 70 latigazos.
Nacida en 1972 en Zanyán, en el noroeste de Irán, Mohammadi estudió Física antes de convertirse en ingeniera y se inició paralelamente en el periodismo, trabajando para diarios reformistas. En los años 2000 se unió al Centro de Defensores de los Derechos Humanos, que fue fundado por la también Premio Nobel de la Paz iraní Shirin Ebadi y del cual es hoy vicepresidenta, luchando entre otras causas por la abolición de la pena de muerte.
"Narges podría haber salido del país, pero siempre se negó. Se convirtió en la voz de los sin voz. Incluso en prisión, no olvida su deber e informa sobre la situación de los prisioneros", afirmó Reza Moini, otra activista que reside en París.
En su libro "White Torture" ("Tortura blanca"), Mohammadi denunció las condiciones de vida de las prisioneras, especialmente en aislamiento, y abusos que ella misma afirma haber sufrido.
Entre mayo de 2015 y octubre de 2020 fue apresada por haber "formado y dirigido un grupo ilegal", instando a abolir la pena capital y fue condenada de nuevo en mayo de 2021 a 80 latigazos y 30 meses de detención por "propaganda contra el sistema" y "rebelión" contra la autoridad penitenciaria.
En noviembre de 2021 fue detenida cerca de Teherán, donde asistía a una ceremonia en memoria de un hombre muerto en 2019, durante una manifestación contra el aumento del precio del combustible.
"El precio de la lucha no es solamente la tortura y la cárcel, es un corazón que se desgarra con cada privación, un sufrimiento que penetra hasta la médula", escribió Mohammadi a la agencia de noticias AFP en septiembre.
"Hace más de ocho años que no veo a Kiana y Ali y hace más de un año y medio que no he escuchado siquiera su voz. Es un dolor insoportable e indescriptible", lamentó. Sus hijos gemelos, de 17 años, y su esposo, Taghi Rahmani, viven en Francia.
"En 24 años de matrimonio, hemos tenido solo cinco o seis de vida común", indicó recientemente Rahmani, quien destaca que su esposa tiene una dolencia cardíaca. Sin embargo, admite también que Narges "es la persona más decidida” que conoce: "Nunca se ha rendido, no pueden romperla".
Por su parte, Mohammadi admitió no tener "prácticamente ninguna perspectiva de libertad", pero no ha dejado de destacar en su red social que "el pabellón de mujeres de Evin es uno de los pabellones de presas políticas más activos, resistentes y alegres de Irán".
"La prisión siempre ha sido el corazón de la oposición y de la resistencia en Irán, y para mí también encarna la esencia de la vida en toda su belleza", sentenció la nueva Premio Nobel de la Paz.
El 16 de septiembre de 2023, ella y otras tres prisioneras quemaron sus velos en el patio de la cárcel, conmemorando el aniversario de la muerte de Mahsa Amini, según la cuenta de Instagram gestionada por su familia.
Amini, una kurda iraní de 22 años, falleció tras ser detenida por vulnerar presuntamente el estricto código de vestimenta para las mujeres, un episodio que desató un amplio movimiento de protesta en la República Islámica.