Después de una larga lucha terapéutica contra un cáncer de esófago que lo debilitó pero no evitó que hiciera campaña por su partido y su alfil durante 2024, el expresidente uruguayo y emblema de la izquierda latinoamericana José "Pepe" Mujica reveló que la enfermedad se expandió por su cuerpo. Desde el living de su casa y cerca de su mujer, expresó entre lágrimas: "Que me pichicateen y cuando me toque morir, me muero. Así de simple como te lo digo. Estoy condenado, hermano. Hasta acá llegué".

"El cáncer en el esófago me está colonizando el hígado. No lo paro con nada. ¿Por qué? Porque soy un anciano y porque tengo dos enfermedades crónicas. No me cabe ni un tratamiento bioquímico ni la cirugía porque mi cuerpo no lo aguanta", detalló Mujica en una entrevista con la revista Búsqueda.

En abril de 2024, el histórico dirigente y líder del Frente Amplio había dado a conocer la enfermedad que lo aqueja y que le valió un duro tratamiento que, pese a los avatares, enfrentó con hidalguía en medio de la campaña electoral que llevó a su alfil Yamandú Orsi a consagrarse como el presidente electo de Uruguay, quien asumirá en este 2025.

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La noticia de su peor estado de salud en ese inicio de año lo informó desde su hogar, cerca de su esposa y compañera de vida, Lucía Topolansky, quien estuvo todo este tiempo a su lado mientras atravesó 32 largas sesiones de radioterapia antes de la reaparición del cáncer.

Ante la nueva situación, Mujica descartó someterse a ningún otro tratamiento y confesó que le pidió a los médicos que no lo hagan "sufrir al pedo".

Fiel a su estilo, el exmandatario uruguayo y uno de los políticos más populares e influyentes de su país, dijo que ahora es un "viejo en el final" que lo único que quiere es trabajar en su chacra mientras el cuerpo se lo permita.

"Lo que quiero es despedirme de mis compatriotas. Es fácil tener respeto para los que piensan parecido a uno, pero hay que aprender que el fundamento de la democracia es el respeto a los que piensan distinto. Por eso, la primera categoría son mis compatriotas y de ellos me despido. Le doy un abrazo a todos", indicó, según relató el semanario, con los ojos llorosos.

Con todo, le dedicó un mensaje especial a los propios, al saludar a sus compañeros y los simpatizantes de su espacio político, aunque aseguró que las principales decisiones ya no pasan por su "rancho" y añadió: "Ahora, tengo mis simpatías y cuando puedo dar una manito, la doy. Pero no soy un viejo consultor que me tienen que pedir permiso".

"Lo que pido es que me dejen tranquilo. Que no me pidan más entrevistas ni nada más. Ya terminó mi ciclo. Sinceramente, me estoy muriendo. Y el guerrero tiene derecho a su descanso", agregó, en un pedido desgarrador para sus seguidores.

Respecto de su vida que, de acuerdo con sus propias palabras le ha dado "muchos premios", afirmó: "El principal es que estoy a cuatro meses de cumplir 90 años. Mirá la vida que he tenido. Es un desastre". Sobre el futuro de su partido, que dejó en manos de los "jóvenes" que continuarán la lucha, manifestó estar "orgulloso", lo que le da espacio para irse "tranquilo y agradecido".

Dentro de lo que el físico se lo permite, Mujica recorre a diario en su tractor la chacra que está a nombre de su mujer y cuyo espacio político heredará a futuro. Según expresó, quiere que lo entierren allí, junto a donde yace su perra Manuela.