Hasta el miércoles pasado, la Argentina mantenía un swap con la República de China de 130.000 millones de yuanes, es decir, 18.700 millones de dólares. Pero esta semana, la portavoz oficial de la Presidencia, Gabriela Cerruti, anunció que el acuerdo se ampliará en 3.000 millones de dólares más, llegando así a la cifra de 21.700 millones.

El primero entre ambas naciones data de 2009, por 70.000 millones de yuanes. A ese le siguieron acuerdos de extensión y complemento en cuatro oportunidades más: 2014, 2017, 2018 y 2020. Pero, ¿qué es el swap, cómo funciona y para qué sirve?

Algunas precisiones

El swap es, técnicamente, un intercambio de divisas entre dos países. Se trata de un monto de dinero que, en este caso, Argentina dispone en yuanes. Pero, en realidad, ese dinero está y no está. ¿Cómo puede ser? Gabriel Balbo, analista de Relaciones Económicas Internacionales, Tecnología y Geopolítica, lo explicó a El Canciller: “Vos lo podés contabilizar como reservas, pero no son reservas reales, digamos, líquidas. Son una suerte de cuestión contable”.

Según el director de Estudios Para el Desarrollo (ESPADE), “actúa como una especie de seguro; en el cual otro país se compromete con nosotros a girarnos un determinado flujo de fondos por un tiempo”. A su vez, agregó: “Es un crédito contingente, no lo usás pero sabés que lo tenés. Una vez que lo ejecutás, ahí sí, se cobra el interés y demás cuestiones acordadas”.

No obstante, en su conferencia de prensa a agenda abierta, Cerruti aclaró que se está estudiando “la posibilidad de que se pueda utilizar para otras cuestiones” y no sea únicamente un “asiento contable, que es el uso que se tiene en este momento”.

Gabriela Cerruti, portavoz oficial del Gobierno.
Gabriela Cerruti, portavoz oficial del Gobierno.

Frente a sus declaraciones, Balbo precisó: “El hecho de que haya comentado que pueden utilizarlo más allá de que sea un asiento contable es la idea de efectivizar ese swap. O sea, que el derecho que tenemos a usar ese dinero se haga efectivo. Ahí podés comprar bienes y servicios. Seguramente, sería en este caso para comprar o financiar productos chinos”.

Por eso, cuando se habla de un swap se sobreentiende que mientras no se “active”, no tiene costo. En cambio, en el caso de ejecutarse, el interés que se computaría –y que forma parte del acuerdo vigente– estaría cerca del 6% anual, acorde a la tasa interbancaria de Shangai, denominada Shibor.

En tanto, la vocera presidencial informó que el Gobierno conversa “con los organismos que corresponden, para ver qué otros tipos de usos se le puede dar a esta ampliación”. Por el momento, y no es poco, la extensión sirve para engrosar las reservas brutas del Banco Central argentino en un contexto de renegociación con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y de escases de divisas en el BCRA.