En la mañana del jueves, el presidente Alberto Fernández se reunió junto al Consejo Federal de Salud (Cofesa) y el Consejo Federal de Educación (CFE) para definir el nuevo protocolo para la vuelta a la “presencialidad plena y segura” en las aulas durante el ciclo lectivo 2022.

El programa –que lleva el nombre de “Aula Segura” y fue elaborado por los equipos técnicos del Ministerio de Salud que dirige Carla Vizotti y con la colaboración de Ministerio de Educación de la Nación, UNICEF, la OPS, la Sociedad Argentina de Pediatría y la Defensoría Nacional de Niñas, Niños y Adolescentes– consta de 14 indicaciones para el regreso a la normalidad en los distintos niveles de enseñanza.

• Data. Las escuelas serán las encargadas de recabar la información respecto a la vacunación contra el COVID-19 de toda la comunidad educativa, así como del calendario nacional.

• Burbujas. A diferencia del esquema diseñado para el desarrollo de las clases semipresenciales de 2021, este año no habrá burbujas en las aulas.

• Asistencia cuidada. El Ministerio dejó asentado que en el caso de sentir síntomas o malestar general –asociado o no al COVID-19–, el personal y los estudiantes no deberán presentarse en las escuelas y tendrán que aislarse de acuerdo a los criterios vigentes. A su vez, recomendó que, en tal caso, se realicen la consulta médica correspondiente.

• ¿Si no es coronavirus? Asimismo, la cartera que dirige Vizzotti aclaró que si los síntomas no son compatibles con COVID-19, tanto los niños y niñas como los docentes y no docentes podrán regresar a las escuelas luego de 24 horas sin presentar ninguno de ellos.

• Casos positivos. Ahora bien, ante la presencia de casos de COVID-19 se debe cumplir el aislamiento previsto de los mismos, así como de las medidas ante contactos estrechos según condición de vacunación.

• ¿Y el resto de los alumnos? El Gobierno especificó que tanto la sospecha como la confirmación de casos no implica necesariamente el cierre del aula ni la interrupción de las clases presenciales.

• Barbijo. La utilización de tapabocas será obligatoria en el nivel primario. Además, se aclaró cuál es su uso correcto: debe tapar nariz, boca y mentón, bien ajustado a la cara y durante toda la jornada educativa en espacios cerrados.

• Ventilación. Tal como se informó desde el inicio de la pandemia, el aire debe circular de forma cruzada y constante.

• Esterilización. Las autoridades sanitarias recomendaron también la limpieza regular de los ambientes y la adecuada higiene de manos.

• Distancia. En los momentos en los que no se esté utilizando el barbijo, se instó a priorizar la distancia física entre las personas.

• Brote. El protocolo establece que se considerará un brote de COVID-19 “cuando existan al menos tres casos confirmados entre alumnos/as de un mismo aula -o alumnos y docente, para el caso de docentes permanentes- asociados epidemiológicamente, en un periodo igual o inferior a 7 días”.

• Estudio del brote. Asimismo, se aclaró que, a raíz del brote, se promoverá el estudio etiológico del mismo. Es decir, que se confirmen los primeros casos con pruebas de laboratorio y los casos asociados por nexo epidemiológico, con el propósito de identificar el riesgo de transmisión.

• Aviso. Si efectivamente se trata de un brote, se le notificará a los familiares de los estudiantes y al personal relacionado al aula.

• Sospechas. A su vez, si surge la sospecha de la existencia de un brote, el Ministerio de Salud realizará la evaluación de riesgo pertinente y se encargará de definir junto a las autoridades educativas las medidas que deberán adoptarse.