Desde que Sergio Massa anunció en su primera aparición pública como ministro de Economía que su gestión buscaría en el corto plazo “un mecanismo que permita la recuperación de ingresos" de los trabajadores del sector privado que ganen entre $50.000 y $150.000, una ola de especulaciones surgió en torno a cuál sería la herramienta elegida. Asimismo, el flamante funcionario anticipó en aquel entonces que se reuniría con la CGT y la UIA, donde se discutiría este tema, pero el encuentro fue postergado en varias oportunidades y aún no han sido convocadas las partes. En el Council de las Américas, el tigrense adelantó que el Gobierno analiza “dos sistemas de refuerzo en materia de ingreso para trabajadores formales y, sobre todo, para los sectores de indigencia”.

Suma fija. La idea de un aumento por suma fija por decreto comenzó a barajarse desde un principio. Ante una tasa inflacionaria cada vez mayor y una profunda caída de los ingresos reales en los últimos años, el sector de la vicepresidente Cristina Fernández de Kirchner comenzó a deslizar esta opción, cuyo principal rechazo proviene de la CGT. Los popes de la central obrera no quieren perder el protagonismo que implica la negociación paritaria. Tras la marcha de este miércoles, la portavoz oficial Gabriela Cerruti afirmó en conferencia de prensa: "Todas las opciones están contempladas. No se está analizando en este momento la suma fija. El Gobierno está analizando una batería de medidas y ninguna es descartada".

Bono. Otra alternativa es la de la implementación de un bono extraordinario para los trabajadores que ganen entre $50.000 y $150.000. Una opción que también barajan desde Instituto Patria, algunos plantean la suspensión paritaria y dos pagos de $35.000 en noviembre y diciembre –que sumarían $70.000–. El titular de la CTA de los Trabajadores, Hugo Yasky, propuso un piso aceptable de un desembolso extraordinario $30.000.

Paritarias. Por las mismas razones que impulsan al Ejecutivo a pensar de qué forma amortiguar el impacto del incremento de precios, los distintos sindicatos encaran un proceso de reapertura de paritarias por separado: los Petroleros cerraron un acuerdo del 80% para los trabajadores de YPF y un bono de $100.000. Los de Comercio habían cerrado en abril un 59,5% hasta 2023; ahora analizan adelantar esos aumentos, consensuar nuevas subas e incluir un bono. Los estatales, por su parte, cerraron un 60% para el período junio 2022-mayo 2023 con revisión en octubre. En su última visita a Chaco, el presidente Alberto Fernández habló de "paritarias abiertas" para que los sueldos le ganen al incremento sostenido de precios.

Todos contentos. Producto de las distintas visiones en este tema dentro del oficialismo, toma lugar un punto intermedio que podría conformar a todas ellas: un aumento de suma fija por decreto pero a cuenta de futuras paritarias, es decir, como anticipo. De esta forma, podría haber un desembolso inmediato en los bolsillos pero sin interferencia en el ámbito paritario. El Gobierno analiza un pago en dos cuotas y el monto está todavía en discusión. En la CGT piensan en un suplemento de $30.000 en dos tramos.