Martín Guzmán tiene hoy una cita fundamental en el recorrido que atraviesa para estabilizar la situación del país. El funcionario asistirá a la Comisión de Presupuesto y Hacienda, presidida por Carlos Heller, para explicar los alcances de la "Ley de Leyes" que presentó para el año próximo.

Acompañado por Raúl Rigo, el secretario de Hacienda que moldeó prácticamente las cuentas públicas durante las últimas dos décadas, y por su jefa de gabinete, Melina Mallamace, la llegada del ministro a Diputados no será como la imaginó.

Guzmán apostaba a que, tras los acuerdos por el canje de la deuda pública bajo ley local y extranjera, la presentación del Presupuesto fuera un paso más en la senda de una normalización económica sobre el país.

Sin embargo, la enorme presión sobre el dólar y la caída de reservas del Banco Central, precipitó una serie de restricciones sobre la compra de la divisa norteamericana que puso en entredicho las propias declaraciones del titular de la cartera de Economía, quien había asegurado que no se reforzaría el cepo cambiario.

A este escenario, que amplía la brecha entre el oficial y el blue hasta el 65%, se incorpora una caída de los bonos del canje que acumulan una baja del 20% desde su salida.

Tampoco lo favorece la coyuntura internacional, que ayer registró un nuevo "lunes negro" en los mercados con un descenso promedio del 6,5% de las acciones de las empresas argentinas en Wall Street. El bajón vino de la mano de las filtraciones de los FINcen Files que reveló numerosas maniobras delictivas de lavado y evasión y por el temor de los inversionistas por un nuevo rebrote del coronavirus.

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En este marco, Guzmán deberá persuadir (no sólo a los diputados) que el proyecto de Presupuesto presentado -que contempla un dólar a 101 pesos, una inflación del 29% anual, un déficit del 4,5% y un crecimiento proyectado del 5,5%-, es efectivamente realista. No parece tarea sencilla.