A pesar de que se había anunciado un aumento en la tarifa de subte a partir de este mes, las autoridades porteñas decidieron posponer la medida.

Si bien circularon versiones sobre que la suba se concretaría el 10 de mayo, fuentes gubernamentales explicaron que, en primer término, debe ser publicado en el Boletín Oficial y luego deben pasar 5 días hábiles para que comience a regir, por lo que todavía no hay una fecha cierta. 

La tarifa se incrementará más de un 400% y el valor del pasaje pasará de $125 a $547. El importe se desprende de la última resolución de la empresa Subterráneos de Buenos Aires (SBASE), que dentro de 15 días aplicaría una nueva suba y una tercera a comienzos de junio.

Con respecto a los usuarios que no tengan la SUBE registrada, deberán abonar una tarifa diferencial que implica un aumento aún mayor. Aquellos que realizan de uno a 20 viajes al mes pero no tienen la tarjeta validada pagan $859,07, mientras que si hacen de 21 a 30 abonan $687,25 y de 31 a 40, $601,35. Finalmente, a partir de 41 pasajes mensuales en adelante, quienes no tienen el sistema al día afrontan un costo de $515,44. 

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La media del Gobierno porteño va en línea con la postura de Nación, que por ahora decidió postergar las subas que impactarían este mes en las boletas de luz y gas, y dividió en tramos la actualización del impuesto a los combustibles. El objetivo radica en evitar su impacto en el Índice de Precios al Consumidor (IPC), que según consultoras privadas en abril se ubicaría por primera vez en un dígito después de varios meses, en torno al 8%.

A partir del último miércoles debía empezar a regir la fórmula de actualización mensual en las tarifas de gas y electricidad que el Ejecutivo diseñó para que los precios no queden atrasados con respecto al IPC. Sin embargo, los entes reguladores de ambos servicios, ENARGAS y ENRE, respectivamente, no publicaron los nuevos cuadros tarifarios a la espera de una definición de Economía.

Los reguladores ya tienen calculado cuánto sería el incremento que le correspondería a las empresas: 10,69% para las distribuidoras eléctricas, 12,5% para las distribuidoras de gas y 12% para las transportistas de gas.  

Economía debía definir si avanzaba con una quita de subsidios para los sectores de ingresos bajos (N2) y medios (N3) en gas y electricidad, si incrementaba el costo que pagan los comercios, industrias y hogares de ingresos altos, y si autorizaba el ajuste mensual para las empresas. Pero por el momento, todo quedó congelado.  

Por último, en igual sentido, se suspendió la actualización del impuesto a los combustibles (ICL) que representaba un alza del 8% en los precios en boca del surtidor. Pese a esto, las naftas aumentaron desde el 1 de mayo, producto de un ajuste del 4% aplicado por las firmas YPF, Shell, Axion y Puma Energy.