Tragedia en San Fernando: Arroyo Salgado quedó a cargo de la causa por el accidente del avión privado
La jueza federal de San Isidro recorrió la zona del siniestro junto al titular del Banco Macro y de River, Jorge Brito, dueño de la aeronave que se despistó y chocó contra una vivienda aledaña a esa terminal aérea bonaerense.
La jueza federal Sandra Arroyo Salgado quedó este miércoles a cargo de la causa que ya comenzó a investigar el accidente ocurrido en el Aeropuerto de San Fernando, cuando un avión privado "se quedó sin pista" al aterrizar proveniente de la ciudad uruguaya de Punta del Este, atravesó los límites del predio que ocupa la terminal aérea y chocó contra una vivienda de un barrio aledaño, con un saldo de dos personas muertas, el piloto y su segundo.
La titular del Juzgado federal de San Isidro recorrió la zona del siniestro en compañía del presidente del Banco Macro y de River, Jorge Brito, cuya familia es dueña de la aeronave de alta gama, una Challenger 300, con matrícula LV-GOK.
Ante la mirada atenta de la jueza, los bomberos retiraron los cuerpos de los fallecidos, Martín Fernández Loza, de 44 años, y Agustín Orforte, de 35, las únicas personas que viajaban en el avión. De acuerdo a los médicos de la Policía Federal que hicieron la evaluación preliminar, los tripulantes murieron por asfixia, debido al monóxido de carbono acumulado en la cabina.
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De forma paralela, peritos de la Junta de Investigación de Accidentes de Aviación Civil (JIAAC) y personal de Bomberos y de la Policía bonaerense continuaban trabajando en el lugar para determinar las causas del accidente. Cerca de las 23:30, lograron ubicar y retirar la caja negra.
Según trascendió en medios de prensa, la empresa para la cual trabajaba Fernández Loza despidió al piloto cuando el avión regresaba a Punta del Este, ciudad a la que había viajado este mismo miércoles, alquilado a un tercero por la familia Brito.
Melanie, propietaria de la casa contra la que se estrelló el avión, habló con A24 sobre cómo vivió el accidente. "La desesperación fue re fea, pensamos que nos íbamos a morir", contó la mujer. "Lo que más me duele es que perdí las cosas de mi hijo, que me costaron tanto tenerlas. Si mi hermano no rompía la pared, nosotros no salíamos", indicó.
La hija de otra de las vecinas afectadas comentó que sintió "un temblor" y "se escuchaban muchas explosiones". "Había dos o tres garrafas en el patio y mi mamá estaba ahí. Volvió a ingresar cuando se dio cuenta que fue el avión el que se cayó. Pudo salir, rompieron la pared del fondo de mi casa. Es el mismo terreno pero está dividida", afirmó.
En declaraciones a Clarín, el piloto y consultor aeronáutico Jorge Polanco criticó las instalaciones del Aeropuerto Internacional de San Fernando, al señalar que la pista es demasiado corta para aviones del porte que tenía el que se estrelló contra una casa y posteriormente se incendió.
En ese sentido, subrayó que la pista tiene una extensión de entre 1.600 y 1.800 metros, cuando aeronaves de este tipo requieren de, al menos, 2.500 metros para aterrizajes seguros. "El avión tocó con exceso de velocidad en la mitad del recorrido y no al principio, como debería haber sido. No tuvo espacio suficiente para detenerse y terminó incrustado en una vivienda. Eso se llama entrar ‘largo’", explicó Polanco.
El accidente de este miércoles trajo al recuerdo el ocurrido en ese mismo aeropuerto el 5 de diciembre de 2019, cuando una avioneta procedente de la ciudad brasileña de Porto Alegre cayó contra el techo de una casa.
En la aeronave viajaban dos hombres belgas y dos mujeres colombianas, La avioneta se quedó sin combustible antes de llegar al Aeropuerto de San Fernando, por lo que comenzó a planear cortando cables de alta tensión y finalmente se precipitó contra el techo de una vivienda, en la que no había ocupantes. Los tripulantes resultaron ilesos.