Consejo de la Magistratura: cómo sigue la disputa judicial y política
Se vislumbran dos caminos: una mayor erosión al interior de la coalición y una batalla legal por los cargos en el marco de una pareja correlación de fuerzas entre el oficialismo y la oposición
En el marco de un clima hostil y sombrío, el presidente de la Corte Suprema, Horacio Rosatti, decidió tomarles juramento a cuatro nuevas integrantes del Consejo de la Magistratura: la abogada Jimena de la Torre, la jueza en lo Civil Agustina Díaz Cordero, la decana de Derecho de la Universidad del Sur, Pamela Tolosa, y la abogada María Fernanda Vázquez.
El acto implicó el desembarco del máximo tribunal en el cuerpo de consejeros en medio del gigantesco revuelo que sacudió a la política local a partir de la memorable jugada con la que el Frente de Todos en el Senado se dividió para lograr un lugar como segunda minoría en el Consejo. A partir de esto, se pudo designar a Martín Doñate por parte del Frente de Todos, en reemplazo del cordobés Luis Juez. Además, el presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, aceptó enviar el nombre de la radical santacruceña Roxana Reyes.
Implicancias judiciales de la jugada de Cristina
La maniobra de Cristina deja mucha tela para cortar. Una de las conclusiones que se desprenden tras esta batalla feroz es que nada hace suponer que la integración del "nuevo" Consejo garantice grandes cambios de dinámica y prontas soluciones a los problemas pendientes (como la designación de jueces y juezas) porque ni el oficialismo ni la oposición tienen una mayoría asegurada. Eso sí, el desempate podría estar a cargo de Horacio Rosatti.
Cabe aclarar que la nueva composición no garantiza dos tercios, que es la mayoría necesaria para votar ternas de jueces/zas o promover juicios políticos, a ningún sector. En el Consejo de 20 miembros los dos tercios son 13 votos. Tampoco permite configurar claras mayorías. Uno de los que se expresó sobre este punto fue el consejero Diego Marías, destacado abogado y ex legislador porteño por el PRO, quien consideró que "el Consejo seguirá paralizado".
Implicancias políticas de la polémica maniobra
Según trascendió, desde la Casa Rosada admiten que la jugada fue sin dudas "muy inteligente". No obstante, también se la consideró imprudente dado que no hubo consulta previa. Además, se admitió que la nueva configuración en el Senado podría incrementar las tensiones en el frente oficialista, ya desgastado por fricciones internas.
Sobre todo, hay desencanto porque no se hizo espacio, desde la Presidencia del Senado, para debatir los nombres y encontrar consenso con respecto a los tres senadores que nombró Cristina en el Consejo (Martín Doñate, Mariano Recalde y María Inés Pilatti Vergara).
Si bien la nueva dinámica del flamante bloque que responde a CFK es una incógnita, lo cierto es que en el Gobierno no descartan que la Vicepresidenta utilice Unidad Ciudadana para marcar la cancha al albertismo en el Senado de manera organizada, aumentando las tensiones de la coalición oficialista.
“Sin dudas esto tensiona. Lo que no sabemos es cómo va a seguir. Pero es una muestra más de que el frente está roto en los hechos”, dijeron desde la Casa Rosada. No es la primera vez que en el Instituto Patria le pasan factura al primer mandatario por la falta de ímpetu para plantarse en el ámbito judicial. Justamente, ese malestar fue el principal causante de la salida de la ex ministra de Justicia Marcela Losardo del Gabinete, para ser reemplazada por Martín Soria, afín a La Cámpora. En el Gobierno están bastante disgustados con la maniobra porque consideran que una confrontación tan abierta con la Corte crearía una “crisis institucional” que “haría más daño”.
Además, desde la Casa Rosada plantean que agudizar los conflictos con el Poder Judicial los aleja aún más de "la agenda y las necesidades de la gente", lo cual puede ser contraproducente para las aspiraciones políticas de Alberto Fernández de cara al 2023.