El pasado lunes 28 de febrero representantes ucranianos sostuvieron una primera ronda de negociaciones con sus contrapartes rusos en territorio de Bielorrusia para buscar una salida al conflicto provocado por la invasión iniciada hace ya dos semanas. 

Luego de unas horas de diálogo, ambas partes regresaron a sus capitales con más dudas que certezas de cara a una segunda ronda de conversaciones. Esta nueva fase, se inició el jueves 3 de marzo en Belovezhskaya Pushcha, cerca de la frontera con Polonia. 

En esta oportunidad, la delegación ucraniana no obtuvo los resultados que esperaba. Aún así, logró acuerdos de carácter humanitario, incluyendo la posibilidad de un alto al fuego temporal para la organización de corredores humanitarios, y la entrega de alimentos y medicinas en las zonas donde se han desarrollado los enfrentamientos.

En efecto, el segundo encuentro no logró un alto el fuego general; pero si un compromiso de acuerdo parcial. Sin embargo, este no fue respetado en distintas zonas. Por ejemplo, en las regiones de Mariúpol y Volnovaja, debió suspenderse la tan ansiada evacuación de la población civil debido a la ofensiva ininterrumpida del ejército de Putin.

La idea era crear un corredor humanitario a través del cual entre 7.000 y 9.000 personas, según cálculos de las autoridades ucranianas, pudieran escapar hasta Zaporiyia, pero las fuerzas rusas y prorrusas que han cercado la ciudad portuaria de unos 400.000 habitantes continuaron bombardeando las "zonas seguras". 

Un tercer acuerdo llegó en las primeras horas de este lunes. Según informó el propio ejercito ruso cesará los ataques locales en las ciudades de Kiev, Jarkov y Sumo. ¿El motivo? Nuevamente la evacuación de civiles. Del lado ucraniano no se ilusionan con un cumplimiento total. Del lado ruso, dicho por el propio Putin, sostienen que es la propia escalada del "ejército neonazi ucraniano" quien le prohíbe a los civiles dejar las ciudades y afirman que Ucrania utiliza el alto al fuego para reagrupar sus tropas.