Van siete días desde que la Federación de Rusia declaró la guerra a Ucrania. El 24 de febrero comenzó su invasión y el Kremlin de Valdimir Putin lanzó sus primeros bombardeos. Desde entonces, las bajas y pérdidas del país presidido por Volodímir Zelenski eran apenas estimaciones de distintos organismos. Este miércoles, el Servicio Estatal de Emergencia de Ucrania (DSNS, por sus siglas en ucraniano) oficializó una serie de datos acerca las consecuencias del conflicto bélico impulsado por su nación vecina.

Muertes. Según el DSNS, más de 2.000 civiles perdieron la vida en la última semana producto de la avanzada rusa. La cifra no incluye integrantes de las fuerzas armadas fallecidos en combate. La información arroja que a cada hora mueren 12 ucranianos en las ciudades del país de Europa Oriental.

El comunicado. El documento fue publicado en las redes sociales y sostiene: “Durante los siete días de la guerra Rusia ha destruido cientos de infraestructuras de transporte, viviendas, hospitales y guarderías. En este tiempo han muerto más de 2.000 ucranianos, sin contar a nuestros defensores”. En ese sentido, agrega: “Niños, mujeres y fuerzas de defensa pierden la vida cada hora”.

Vidas resguardadas. El DSNS destacó también que sus socorristas han conseguido salvar la vida de más de 150 personas, evacuar a otras 500 y exterminar más de 400 incendios provocados por los bombardeos rusos. Asimismo, sus artificieros lograron desactivar hasta el momento un total de 416 explosivos. Sin embargo, desde el organismo estatal lamentaron la muerte de 10 de sus socorristas, mientras que otros 13 se encuentran heridos.

Migraciones. A estos datos se les suma la información brindada por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), que informó que hasta el miércoles 874.026 personas emigraron como refugiados hacia países limítrofes de la zona. Así, Polonia recibió a 453.982 de ellas (el 51%); Hungría, 116.348; Moldavia, 79.315; Eslovaquia, 67.000; Rumania, 44.540; y el resto de los vecinos europeos, 69.600. También, muchos de los ucranianos que escaparon del conflicto en su país se dirigieron sorprendentemente a Rusia, que hasta este momento recibió más de 42.900 personas desde el comienzo de la guerra.