A tres años del inicio de la campaña de vacunación contra el Covid-19 en la Argentina, el Ministerio de Salud de la Nación publicó el primer informe sobre los efectos adversos asociados a la inmunización y su correspondencia con la fórmula de cada laboratorio. 

El informe, incluido en el Boletín Epidemiológico Nacional, identificó 33 enfermedades reportadas tras la administración de las dosis y, aunque detalló que esto podría sugerir una posible vinculación entre la afección y la vacuna, subrayó que no hay evidencia definitiva al respecto. A su vez, reveló que, de los 64.010 efectos adversos registrados, solo 3.149 fueron considerados graves, lo que equivale a una tasa de 2,7 por cada 100.000 dosis administradas.

Según el análisis, que abarca desde el inicio de la campaña de inoculación -a fines de diciembre de 2020- hasta el 30 de abril de 2023, la que tuvo efectos adversos más graves fue la Covishield, del laboratorio AstraZeneca, ya que fue asociada a 19 de las 33 enfermedades identificadas. Le siguieron la Sputnik V, con 15 afecciones; Sinopharm, con 10; Pfizer, con siete; y Moderna, con cinco.

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El trastorno con mayor incidencia fue el síndrome de trombosis, relacionado a nivel mundial con la AstraZeneca y la Sputnik V, que tuvieron un índice de 0,5 y de 0,009 por cada 100.000 aplicaciones, respectivamente.

En tanto, entre quienes recibieron la vacuna Moderna se registró miocarditis, que provoca la inflamación del músculo cardíaco, con una tasa de 0,018. Esta afección también se reportó en el caso de Pfizer, con una incidencia del 0,015. 

Por su parte, la Sinopharm tuvo entre sus efectos secundarios adversos la trombocitopenia autoinmunitaria, que provoca moretones y sangrado, en 0,010 de cada 100.000 dosis. 

A su vez, esta enfermedad fue la segunda más frecuente con la fórmula AstraZeneca que, al igual que el síndrome de Guillain-Barré, que afecta los nervios generando debilidad muscular y en ocasiones parálisis, tuvo una tasa de 0,03. 

La inoculación de Pfizer mostró una menor incidencia de este último síndrome, con 0,01 por cada 100.000, mientras que en el caso de la Sputnik V se registró una tasa de 0,053 para esta afección y un 0,029 para la trombocitopenia.

Entre los vacunados con la fórmula rusa también se reportó el síndrome de mielopatía transversa, que se caracteriza por la inflamación de la médula espinal interrumpiendo las señales entre los nervios y el resto del cuerpo, con una incidencia de 0,014.  

Según el informe del Boletín Epidemiológico Nacional publicado el pasado domingo, la mitad de los efectos secundarios registrados se dieron en los primeros tres meses de la campaña. Además, el 68,8% de los eventos se atribuyeron al género femenino, mientras que la franja de edad más afectada fue de 40 a 49 años.