“En cuestión de minutos les cambiaste la vida”: la historia del oftalmólogo que traspasa fronteras para terminar con la ceguera
Gustavo Goldman realiza cirugías de cataratas para la fundación española Elena Barraquer desde el 2018. Su sueño de replicarlo en Argentina.
Para el especialista de 53 años, hubo un antes y un después de Elena Barraquer, la reconocida oftalmóloga de Barcelona, especializada en cirugía de catarata y trasplante de córnea, y presidenta de la fundación que lleva su nombre.
“La conocí personalmente en una jornada en Salta y no lo podía creer, ella es una eminencia”, Goldman se refiere a la campaña de cirugía en esa provincia en el año 2018, en donde operaron, junto a otros profesionales, a 450 personas en cuatro días.
En esa oportunidad, la organización estuvo a cargo de la Sociedad de Oftalmología de Salta; la Fundación Elena Barraquer, de España; el Consejo Oftalmológico Argentino y el Dr. Gerardo Valvecchia.
Tres meses después, la propia Barraquer se comunicó con Goldman para invitarlo a ser parte de las misiones humanitarias. "'¿En 2019 querés venir a África a operar?', me propuso. Obvio, le dije que sí. Y así, fui a Guinea y mi vida se convirtió en una película”, afirma a El Canciller.
Goldman asegura que es “una bendición” poder trabajar de lo que ama y “conocer realmente el mundo” aportando su saber para “hacer el bien”.
Devolver la vista en pandemia
En septiembre de 2021, con la pandemia de coronavirus de por medio, el especialista realizó su segundo viaje a África para operar de catarata, esta vez en Mauritania. “Tenía mucho miedo, hacía más de un año y medio que no salía del país, pero saber que iba a operar me dio fuerzas, necesitaba ayudar a la gente”, reconoció el médico argentino.
Sobre la misión, Gustavo sostuvo que “esas personas padecen de ceguera pero también padecen el Covid-19 y por todo eso valía la pena llegar a ellos”.
En África, relata Goldman, las distancias son "muy grandes" y los pocos oftalmólogos que hay solo operan en donde les es redituable. Además, remarcó que “el Estado no invierte en estas cosas, por eso existen fundaciones como la de Elena o como Médicos sin Fronteras, entre otras”.
Según cuenta Gustavo Goldman, “lo más impactante” fue conocer casos de ceguera en niños y personas jóvenes. En cuanto a la operación que más lo movilizó, recordó a “una mamá que estaba ciega de los dos ojos y tras la cirugía pudo conocer a sus hijos”. El especialista explicó que la razón de la ceguera temprana en el continente africano puede deberse a la exposición de la población a los rayos ultravioleta.
Goldman dice tener “más de 400 historias, más de 400 rostros sonriendo" en su memoria que recuperaron la visión por su intervención. “A veces pienso que me pongo más feliz que ellos, no puedo dimensionar ni explicar lo que se siente”, resaltó.
Cómo se opera en la adversidad
No es fácil realizar estas expediciones médico quirúrgicas en lugares remotos del mundo. Pero es el objetivo, con este proyecto se llega a personas que no tienen ningún tipo de acceso a la medicina y mucho menos a la oftalmología.
En cuanto a la logística, el especialista explica que “se carga todo lo que vamos a necesitar en unas 40 valijas perfectamente ordenadas". Cada equipo está conformado por tres oftalmólogos (uno que atiende y dos que suelen operar en simultáneo) dos instrumentadoras y cinco personas que ayudan a preparar a los pacientes y esterilizar los materiales.
Reconoce que el territorio suele ser adverso. "Existe mucha vulnerabilidad social y de infraestructura, pero gracias al trabajo en equipo se logra un espacio esterilizado para las cirugías. Sumado a que los elementos que usamos son de lo mejor, los mismos que hay en la mejor clínica”, relata. Los pacientes recuperan la vista en una operación que puede durar cinco, diez o quince minutos.
Como Gustavo Goldman es hincha de River, se asegura que sus pacientes vean los colores del “Millonario” cuando se sacan la venda -que suele ser en menos de 24 horas-. “También les llevo camisetas de la Selección”, se justifica.
Misión argentina
El especialista se muestra esperanzado con replicar las jornadas en el país. Resalta que “profesionales dispuestos a realizarlos hay, gente que desea fervientamente ir por el país ayudando, hay. Lo que falta es la voluntad y logística en las provincias”.
Para Goldman, si bien “siempre habrá intereses políticos de por medio” la acción de ayudar desinteresadamente es “lo que la gente necesita”. Y recalca: “Todos podemos dar un poco de nuestro tiempo en el año. Yo soy un pequeño eslabón, un colaborador que confirmó que se puede hacer el bien”.