Marcos Peña, Rogelio Frigerio, Emilio Monzó, Gerardo Morales y Ernesto Sanz.  Todos sonrientes en la quinta de Olivos. La crisis cambiaria golpeó en el corazón de Cambiemos, que no perdió el tiempo para cambiar e incluir algunas piezas en la nueva mesa chica para acompañar al jefe de Gabinete y al presidente Mauricio Macri.

La imagen fue revelada este mediodía por la prensa de Presidencia, con el objetivo central de enviar un mensaje sobre las nuevas caras que conforman la mesa de poder en el oficialismo.

El referente de la UCR, Ernesto Sanz, era una de las figuras de Cambiemos más olvidadas hasta el momento y que poco participaban de los tópicos claves en la estructura del Gobierno. Lo mismo el gobernador de Jujuy, aunque con diálogo directo y frecuente con la Casa Rosada.

Sin embargo, según confirmaron a El Canciller, las decisiones clave no pasarán por los nuevos integrantes habilitados para estar en la mesa chica. "Todo se seguirá definiendo de la misma forma”, contaron. ¿Quiénes? Macri, Peña, Larreta y Vidal. Los últimos dos no estuvieron en Olivos por obligaciones con sus respectivas agendas.

Suma Marcos a Sanz, Morales y Monzó para decorar la nueva mesa chica

Se trata entonces de una especia de decoración y necesidad de mostrar hacia afuera "otra imagen” para repartir las responsabilidades y no depositar toda la definición política en el jefe de los ministros.

Uno de los que estaba más afuera que adentro pero que será fundamental para Macri en el Congreso es Monzó, el titular de la Cámara de Diputados. Su continuidad parecía estar más cerca de una Embajada Europea, aunque por el momento en Cambiemos lo necesitan bien cerca por la discusión sobre tarifas y las próximas batallas parlamentarias que no deben perder.

También fue incluido en la foto el ministro de Interior, Rogelio Frigerio, uno de los hombres con mayor consenso en el Gabinete. En sus manos estará la difícil tarea de contener las críticas y los reclamos por parte de los gobernadores alejados de Balcarce 50.

El operativo reelección quedó al margen por un tiempo, pero el marketing del Gobierno, con Jaime Durán Barba a la cabeza, no descansa pensando en las figuras que deben aparecer de ahora en más para sortear las turbulencias que pusieron en jaque a todo el mundo político y empresarial.

Es por eso que la nueva modalidad de la Casa Rosada es apelar al diálogo y el consenso. Una vieja receta que había funcionado y ahora, de la mano de Sanz, Monzó y Morales, el Gobierno vuelve a utilizar como bandera.