Alberto Fernández y Mauricio Macri, con una reunión, dieron inicio al período de transición del poder de la Argentina. El presidente electo arribó puntual a la Casa Rosada para desayunar con el primer mandatario, que prometió ponerse a disposición para una salida ordenada de la presidencia, en un país económicamente frágil.

Eran las 10.30 am cuando Fernández llegó a la Casa Rosada cuando llovía copiosamente sobe la Ciudad, acompañado por su vocero Juan Pablo Biondi. En los pasillos del edificio, los esperaban algunos empleados curiosos, que también lo saludaron y le dieron la bienvenida.

Sin hacer declaraciones, el referente del Frente de Todos salió de la Rosada. Afuera lo aguardaba un grupo de seguidores que quería felicitarlo por el triunfo. Fernández les devolvió una V "peronista".

Cerca del actual presidente, calificaron la reunión como muy buena y cordial.

Cerca del actual presidente, calificaron la reunión como muy buena y cordial. Al parecer, los mandatarios dialogaron sobre la necesidad de tener una transición ordenada, apuntando a la importancia de cuidar a los sectores más débiles, pero también de mostrar al mundo que Argentina tiene un proceso político estable.

Si las cosas marchan bien, es probable que las reuniones "se multipliquen" -aseguran fuentes cercanas al presidente Macri-, y se extiendan a funcionarios de todas las áreas de gobierno. Lo mismo sucederá en la provincia de Buenos Aires, territorio donde Axel Kicillof ya empezó a tomar postura.

Hoy a las 13 el gobernador electo y exministro de Economía dará una conferencia con un emotivo análisis de la jornada de ayer, pero también comenzará a hacer una "radiografía" de la Provincia de Buenos Aires.