El destino de Emilio Monzó y Martín Redrado pareciera ser fuera de Argentina. Pero no por un exilio forzado, ni mucho menos, sino que Alberto Fernández los tendría en el radar para ocupar dos embajadas centrales: Portugal y Unión Europea.

En su editorial de este miércoles en Clarín, Ricardo Kirschbaum, dice que el objetivo del presidente electo es, por un lado, reforzar sus vínculos con Emilio Monzó. Tiempo atrás, se comentaba que el presidente de la Cámara de Diputados le iba a solicitar a Mauricio Macri el pase a la embajada de España, luego del 10 de diciembre. Los resultados electorales hicieron polvo a ese rumor, que ahora vuelve a recobrar fuerzas con el Frente de Todos.

El destino no sería Madrid sino una ciudad vecina, Lisboa. Tanto España como Portugal fueron los países elegidos por el referente del Frente de Todos para su primera gira internacional, luego de su victoria en las PASO. Incluso, Fernández destacó el manejo de la economía en Portugal luego de su préstamo con el FMI.

Desde el entorno de Monzó no confirmaron ni negaron el ofrecimiento a El Canciller, aunque hicieron más énfasis en el segundo verbo que en el primero. Mientras tanto, el dirigente de Carlos Tejedor afianza la transición con Sergio Massa. En las reuniones que mantuvieron se destacó la colaboración para las sanciones de las leyes de Alquileres y Góndolas.

Redrado y Monzó, ¿nuevos embajadores de Alberto?

Redrado

La relación con el ex director del Banco Central es aún más compleja. Según Clarín, "Alberto Fernández no habría logrado levantar el veto de Cristina Kirchner sobre Redrado", luego de su despido del BCRA por la discusión de las reservas nacionales.

Pero, además de la supuesta intervención de CFK, aparece otro dirigente en escena: Roberto Lavagna. Según trascendidos, el ex candidato de Consenso Federal habría sugerido el nombre del ex de Luciana Salazar para comandar el ministerio de Economía.

Foto NA: DANIEL VIDES.
Foto NA: DANIEL VIDES.

La decisión de ocupar la embajada ante la Unión Europea, en Bruselas, tampoco sería casualidad. Ese lugar es un espacio vital para la revisión del acuerdo con la UE (del cual Alberto Fernández mostró sus dudas sobre el papel firmado). También es la misma embajada que tuvo a su cargo Roberto Lavagna, en 2002.