Después de tres días en los que el país se sumió en una vorágine que mezcla desconcierto político, descontrol económico y angustia social tras las elecciones primarias del 13 de agosto, los tres principales candidatos a la Presidencia argentina volvieron a meterse en el barro electoral de cara a los comicios del 22 de octubre, que definirán el destino del país por los próximos cuatro años.

Mientras que los dos contrincantes más a la derecha del arco político -Javier Milei de La Libertad Avanza y Patricia Bullrich de Juntos por el Cambio- decidieron no mostrar señales de unión sino más bien de confrontación, el candidato oficialista Sergio Massa, de Unión por la Patria, disparó también contra ambos y eligió apuntar los cañones a los 13 millones de argentinos que no salieron a votar en las Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) y que podrían inclinar la balanza en las generales.

La Libertad Avanza fue el único de los tres espacios más votados que no disputó interna presidencial. Bullrich se aseguró el liderazgo de Juntos por el Cambio al doblegar en la suya al jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta; mientras que Massa superó ampliamente a Juan Grabois dentro de Unión por la Patria.

Luego de una intensa y áspera campaña, en las primarias Milei fue el aspirante presidencial que más sufragios cosechó: 30,04%. En tanto, Bullrich alcanzó el 16,98%, pero su alianza sumó el 11,29% de Rodríguez Larreta para totalizar un 28,27%. Massa, por su parte, fue el segundo candidato más elegido, con un 20,41% de los votos, que su coalición completó con los de Grabois (6,86%) para hacerse de un 27,27%.

En este escenario, cada una de las tres fuerzas buscará, por un lado, mantener el tercio obtenido para sus candidatos; y, por otro, sumar votantes a sus filas intentando diferenciarse de las otras dos alternativas con más posibilidades de llegar a la Casa Rosada. 

“Juntos por el Cambio está con el equipo listo para competir, con los botines puestos para salir a la cancha y enfrentarse con Milei y Massa”, dijo Bullrich en la que fue la primera aparición pública al hilo de los tres candidatos presidenciales más votados según los resultados arrojados el domingo. 

A la líder del PRO la sucedió en pantalla Milei, quien aseguró: “No hay posibilidad de acuerdo con Bullrich. Si mejoramos el proceso de fiscalización de los votos, estamos en condiciones de ganar en la primera vuelta". Los comicios del 22 de octubre tendrán un ganador y sucesor directo de Alberto Fernández sólo si alguno de los aspirantes obtiene más del 45% de los sufragios o un mínimo de 40% con más de 10 puntos de diferencia con el segundo. Caso contrario, los dos con mayor cantidad de votos disputarán una segunda vuelta el 19 de noviembre. 

"Si vamos al balotaje con Massa, ganamos caminando. A Bullrich también le ganamos. Nosotros arrancamos de 30 puntos y ella de 17”, disparó Milei, afianzado tras el espaldarazo que significó ganar como precandidato en 16 de 24 provincias.

El ministro de Economía y candidato de Unión por la Patria confesó: “El escenario de tercios era impensado para nosotros hace unos meses. Nos deja en competencia, aunque tenemos que hacer correcciones”.

“Milei y Bullrich expresan lo mismo. Siete millones votaron a Milei, 6,6 millones a Juntos por el Cambio y 6,46 a Unión por la Patria. Pero hubo 13 millones de personas que no se expresaron”, agregó Massa, quien se mostró esperanzado a pesar del contexto económico agitado posterior a las PASO.

Ahora, los tres deberán apuntar a esa gran porción de la población que no acudió a las urnas, sin descuidar -entre los que disputaron internas- a aquellos que dentro de sus espacios eligieron a otro postulante. Algunos analistas incluso señalan que habrá quienes podrían cambiar su elección primaria, ya que el 13 de agosto aplicaron un "voto castigo" o “voto bronca” que quizá no estarían dispuestos a sostener en las generales.