Macri y Fernández, dos optimistas con problemas bien distintos
A esta altura, las promesas de Mauricio Macri son lo que menos cuenta. Importa más el apoyo de un sector que todavía lo sigue en su desesperado intento por no convertirse en pasado. Arriba del tren del "Sí se puede", el Presidente debe encontrar consuelo, recuperar el ánimo y conciliar el sueño. Pero no puede disimular que esa energía digna de mejor causa esconde una expectativa social frustrada en tiempo récord. Era otro el presente que había prometido el team leader de Cambiemos. Sin el apoyo de Donald Trump y sin el desembolso del Fondo, el candidato va desnudo a la batalla, con una venta de futuro que ya fue desmentida.
Más decisivo que el operativo de la Casa Rosada para presentar a Macri competitivo hasta el 27 de octubre, será el resultado de las elecciones de hoy en Mendoza. Pase lo que pase, quedará claro que el Presidente ya no potencia al espacio oficialista, sino que lo hunde con su sola imagen. En la provincia que gobierna Alfredo Cornejo, también hay un despliegue formidable de publicidad para que Rodolfo Suárez retenga el poder en manos del radicalismo. Pero la cara de Macri no aparece en ningún afiche: como en el conurbano bonaerense, hubo que erradicarla de la campaña. "En épocas normales, deberíamos estar arriba 15 o 20 puntos. Hoy la verdad no sé cómo puede salir", dicen desde lo más alto de la UCR. Con las encuestas bajo sospecha y la gestión nacional de Macri como factor de riesgo, el oficialismo provincial espera una victoria por un margen de entre 4 y 7 puntos. Pero si los radicales ganan, el triunfo no será del Presidente. Al contrario.
Si su delfín se impone por un margen importante, Cornejo tiene pensado dar esta noche un discurso nacional y pararse hacia 2023 como actor de peso en una alianza que Macri manejó a su antojo durante todo su mandato. Quienes conocen al gobernador afirman que habrá que "aguantarlo" porque quiere volver con más fuerza a Buenos Aires para hacerse escuchar en la mesa chica de Olivos.
El presidente del radicalismo se recluyó en su distrito en los últimos dos meses y ordenó una estrategia en la que el ingeniero fue declarado, en silencio, persona no grata.
El presidente del radicalismo se recluyó en su distrito en los últimos dos meses y ordenó una estrategia en la que el ingeniero fue declarado, en silencio, persona no grata. No fue apenas el rencor por no haber sido escuchado antes: es Macri el que hoy tira para atrás hasta en los distritos en los que, hace apenas dos años, arrasaba.
Del lado del peronismo, la escena es exactamente la inversa. El desembarco de Alberto Fernández con todos los gobernadores generó espanto en los votantes de Suárez, pero alimentó la esperanza entre los opositores. La apuesta de Anabel Fernández Sagasti y de sus aliados fue convencer a los sectores independientes para que se inclinen hacia el Frente de Todos con un razonamiento de pragmatismo puro: es mejor tener un gobernador aliado al Presidente para la provincia y para sus habitantes. En tránsito hacia el cristinismo de la conciliación, la senadora de La Cámpora se esforzó por transmitir un mensaje dirigido a los sectores medios y a los votantes que pendulan. Hasta en el ortodoxo peronismo mendocino, que hasta hace poco sentía urticaria por el camporismo, reconocen que "Anabel" trabajó bien, superó el techo que tenía en el inicio, logró encolumnar a todo el peronismo y buscó entrar en el electorado más conservador de la provincia.
Aunque la candidata de Cristina pierda con Suárez, la oposición aspira a recuperar hoy un listado de municipios que, cuando el Presidente transmitía esperanza, eran territorios blindados del oficialismo. El PJ que en 2017 Cornejo se propuso reducir a su mínima expresión hoy se muestra competitivo. Es la escena nacional la que juega, aunque el radicalismo se haya despegado al máximo del PRO en la campaña. Según dicen en el búnker de la calle México, la imagen positiva de Fernández juega a favor en Mendoza y el empoderado tiene una intención de voto que lo pone 10 puntos arriba de Macri en las presidenciales.
Según dicen en el búnker de la calle México, el empoderado tiene una intención de voto que lo pone 10 puntos arriba de Macri en las presidenciales.
El escenario considerado menos probable, la primera gobernadora electa del camporismo, sería una partida de defunción para Cambiemos a nivel nacional. Casi un viaje de regreso para una provincia de la que surgió el liderazgo de Ernesto Sanz, uno de los artífices de aquella esperanza de 2015, junto a Elisa Carrió y el inventor del "Sí se puede".
Para el compañero de fórmula de CFK, el resultado importa pero no define el rumbo de su estrategia. Lo crucial es el borrador de la propuesta que Fernández insinuó en la Fundación Mediterránea. Aprobada por los mercados y el Círculo Rojo, la salida a la uruguaya es otro intento de adoptar buenos modales que no parece fácil de replicar. El acuerdo con el Fondo que firmó Uruguay en 2003 para patear vencimientos de deuda fijó, en los primeros tres años, un sendero de crecimiento de 3,2%, 3,3% y 4%. Para Argentina, en cambio, la recesión no tiene fecha cierta de vencimiento: todos los pronósticos hablan de una caída del PBI de entre 1 y 2% en el primer año de mandato del próximo presidente. ¿Será tan fácil encender la economía?