Javier Milei llegó a la Casa Rosada sin intermediarios, hablando mano a mano con los argentinos desde sus perfiles de redes sociales. Con una impronta personalista y basada ciento por ciento en su imagen: sus gestos, sus frases, su tono y hasta su pelo construyeron una imagen imbatible. Fue el protagonista de un unipersonal que prescindió de otros actores de La Libertad Avanza.

Durante la campaña electoral de este año, ya resultaba notorio que, salvo el candidato a Jefe de Gobierno de la Ciudad, Ramiro Marra y, en menor medida, Carolina Píparo en la Provincia, eran las únicas personalidades activas de la fuerza libertaria en redes. El resto de la boleta solo se dedicaba a compartir las imágenes y publicaciones que Milei subía a sus perfiles. “Lo vimos a lo largo de todo el camino que llevó a las urnas: candidatos a intendente, a gobernador, a diputado… ninguno definió una estrategia propia. Todos se apoyaron en Milei para empujar sus campañas”, cuenta Martina Barone, directora ejecutiva de Dinamarca PR.

¿Fue una decisión estratégica o la solución a una situación que escaló tan rápido que no dio tiempo para el armado? Está claro que la apuesta del hoy Presidente siempre fue personalista y verticalista: él fue el medio y la idea de este proyecto. Él mismo, no un partido, no una red de voceros. Sus declaraciones más provocativas se amplificaron, a lo largo de toda la campaña, en múltiples cuentas extraoficiales, tanto de Instagram como de TikTok y X (antes, Twitter), y fue así que logró un altísimo nivel de masividad y de penetración en diversas audiencias.

La ausencia de otros voceros fue efectiva durante la campaña, pero el desafío será ver cómo resulta esta estrategia en la gestión, que provoca un desgaste natural de imagen y una exposición a situaciones más delicadas y extendidas en el tiempo. En los próximos cuatro años, el presidente deberá repartir cartel con su equipo. Hoy el 90,32% de la actividad del Gabinete está concentrada en los “forasteros” aportados por Juntos por el Cambio: Bullrich, Petri y Caputo. Los ministros propios de LLA, por el contrario, están ausentes o muestran una actividad residual en sus perfiles, según el último informe de Watch.

Actividad comparada en redes sociales del Gabinete de Milei durante la primera semana de gobierno.
Actividad comparada en redes sociales del Gabinete de Milei durante la primera semana de gobierno.

Esa necesidad quedó en evidencia durante esta primera semana de gobierno, cuando dos temas de gran relevancia dominaron la agenda de redes y medios: el primero fue el botellazo que le arrojaron al presidente el día de la asunción, un imprevisto que tocó la puerta de Patricia Bullrich cuando apenas llegaba al cargo. El segundo, fue la presentación de las medidas económicas a cargo del ministro Luis Caputo. 

“Bullrich, activa y estratégica desde sus perfiles, trató el tema de manera inmediata y capitalizó el 88,67% de las interacciones positivas recibidas por todo el Gabinete. Fue proactiva y las audiencias la premiaron con un récord de influencia que reforzó, aún más, su liderazgo. Caputo, en cambio, no utilizó sus perfiles para explicar, contener y mostrar autoridad frente a la sensibilidad que pudieran despertar los anuncios”, describe Barone sobre las diferentes estrategias dentro del Gabinete.

Influencia comparada en redes sociales de todo el Gabinete de Ministros en la primera semana de gobierno.
Influencia comparada en redes sociales de todo el Gabinete de Ministros en la primera semana de gobierno.

Las audiencias fueron a buscar a Caputo a sus perfiles (fue el ministro que más creció en seguidores esta semana, con el 33,99%), según muestra el informe de redes sociales Watch, pero no encontraron respuestas, salvo participaciones institucionales y protocolo.

Crecimiento personal comparado de los ministros en la primera semana de gobierno.
Crecimiento personal comparado de los ministros en la primera semana de gobierno.

Así como durante la campaña, las redes sociales fueron las trincheras de Milei y el entonces candidato supo capitalizar ese espacio y hacerlo propio, el desafío para esta nueva etapa será sumar voces y referentes legítimos. Responder a los ciudadanos (y seguidores) con contenidos que recuperen y hagan crecer todo lo sembrado en el camino a las urnas.