La agenda internacional de Alberto Fernández sigue activa en un año donde las noticias en cuanto la política local no han sido las más felices, respecto a la fuerte interna que vive el Frente de Todos (FDT). Tras su gira presidencial en Europa, el presidente fue uno de los pocos invitados a participar el próximo mes de la cumbre del Grupo de los Siete, que reúne a los países más poderosos del mundo. ¿Por qué es importante?

La cumbre. El G7 es un punto de encuentro geopolítico entre las principales potencias de Occidente: Estados Unidos, Reino Unido, Francia, Canadá, Italia, Japón y Alemania, que actualmente ejerce la presidencia pro témpore del organismo y fue la encargada de invitar a la Argentina en esta ocasión. Con el propósito de debatir acerca del tenso contexto económico global producto de la guerra en Ucrania, los países miembros se reunirán el próximo mes, entre el 26 y 28 de junio, en el castillo de Elmau, en los Alpes, Alemania.

Invitados. En cada cumbre del Grupo de los Siete es normal que haya invitados de distintos puntos del mundo. Para la próxima estarán también representantes de los cinco continentes: de Indonesia, que preside actualmente el G20; India; Sudáfrica; Senegal, que preside la Unión Africana; y Argentina, que, además de integrar el G20, preside en estos momentos la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC). La invitación a Fernández –que fue confirmada por el canciller alemán Olaf Scholz el domingo durante su visita a Senegal– es una importante noticia para la actual gestión, dado que será el único mandatario de la región que estará presente.

Crisis. La excusa central por la que se produce el encuentro es la crisis energética desatada a partir de la invasión de Rusia a Ucrania. Las principales potencias reconocen que el conflicto bélico ha producido un desbarajuste en las balanzas internacionales tras la escalada de los precios del gas y del petróleo, que impactan en el alza del resto de los bienes y servicios en general.

Inversiones. En ese sentido, Fernández buscará plantear lo mismo que intentó instalar durante su reciente gira presidencial a Europa: que Argentina, con Vaca Muerta, puede ser una gran oportunidad para que los países del viejo continente inviertan en la extracción en materia energética, para suplir precisamente la falta de suministros que provocaron las sanciones y el bloqueo a la Federación Rusa.

Otros temas. Por otra parte, la agenda de debate de lo que será la cumbre del próximo mes también contempla la discusión vinculada a la protección del clima, la lucha contra las pandemias, la actual crisis alimentaria y el fortalecimiento de la cooperación internacional y las democracias en todo el mundo.

Próxima parada. Antes del G7, Fernández tiene otro compromiso: la Cumbre de las Américas, en Los Ángeles, California, donde se mostrará crítico respecto a la agenda exterior del presidente de Estados Unidos, Joe Biden. En sus últimas apariciones internacionales, el jefe de Estado argentino rechazó las sanciones económicas a la nación gobernada por Vladimir Putín, no tanto por una afinidad geopolítica, sino más bien por las consecuencias inflacionarias que provocó en el resto del mundo. Además, se espera que ratifique su repudio a la decisión de excluir a Cuba, Nicaragua y Venezuela del foro regional por ser socios del Kremlin.