En el encuentro bilateral entre Jair Bolsonaro y Mauricio Macri se vio un fraternal saludo de parte del presidente brasileño, para quien, según trascendió, Argentina ni el Mercosur eran prioridad. El resultado fue que ambos mandatarios coincidieron en que el bloque de países de América Latina debe seguir existiendo, pero no sin antes ser modificado con políticas de liberalización económica.

En su columna, el editorialista Joaquín Morales Solá le anota un punto a Macri por el encuentro con Bolsonaro. Según el periodista, el presidente argentino tiene ventajas sobre el brasileño por una cuestión de timing: el líder del PRO llegó primero al Gobierno y ya tiene relaciones empezadas con la mayoría de los dirigentes del mundo, mientras que Bolsonaro, al salir del parlamento, no tiene manejo de la política exterior y está acostumbrado a trabajar en la solución de los conflictos internos.

El cóctel mencionado, para el editorialista, le da una leve ventaja al argentino y los motivos suficientes para continuar al frente del bloque regional. Además, en el último mes del año pasado, la balanza comercial por primera vez benefició, aunque por poco, al Gobierno de Macri, que sufrió una importante caída del consumo y, por lo tanto, de las exportaciones.

En tal sentido, Morales Solá señala que Bolsonaro no es una mala noticia para Macri, si no todo lo contrario: la normalización institucional de Brasil sólo podría servir para que Argentina también crezca, dado que es el mayor socio comercial del país que ahora dirige Bolsonaro.

El columnista destacó: "La primera conclusión de la reunión de ayer es que Bolsonaro no es una mala noticia para el gobierno de Macri. Al contrario. Si la política económica del presidente brasileño impulsara otra vez el crecimiento de su país, que viene de varios años de estancamiento, la economía argentina se beneficiaría. La Argentina crece cuando Brasil crece".

"Las posiciones de política interna de Bolsonaro (su adscripción a la religión evangélica o su confianza en los militares) son cuestiones ajenas al gobierno argentino. Por convicción o por default de las otras fuerzas políticas, lo cierto es que Bolsonaro es el resultado de la opinión mayoritaria de su sociedad. Después de todo, ¿acaso Macri no es también producto del colapso del viejo sistema de partidos políticos?”, concluye.