El cónclave en Brasilia entre Mauricio Macri Jair Bolsonaro le entregó al gobierno argentino mayores satisfacciones de las que aguardaban. En cuanto al vínculo comercial, el compromiso del mandatario brasileño para trabajar en una agenda conjunta tranquilizó a la comitiva oficial, ya que esfumó las supuestas intenciones de prescindir del Mercosur.

Las sospechas que arrastraban los funcionarios cambiemitas en torno a la permanencia de Brasil en la unión aduanera, ante la conocida rigidez neoliberal del ministro de Economía, Paulo Guedes, se disiparon con la "sintonía" que imperó en las reuniones, según destacaron desde ambos sectores.

En ese sentido, el Ejecutivo, que preside este semestre el bloque regional, se encuentra pergeñando una reforma del Arancel Externo Común, que incluye una disminución en los impuestos a las importaciones y un apartado para que los socios fundadores puedan iniciar conversaciones bilaterales con otros países.

La iniciativa es un guiño al flamante presidente del gigante sudamericano, que en pos de transformar de manera radical la economía, impulsa una política aperturista y busca edificar una alianza con los Estados Unidos.

La reducción arancelaria, a la medida del discurso de la Casa Rosada, será gradual: ante la devaluación que sufrió la moneda nacional en el 2018, una abrupta rebaja impositiva haría trizas a la industria doméstica, que continúa padeciendo los coletazos en el mercado interno.

Por su parte, la Casa Rosada apunta a motorizar de manera urgente la integración del Mercosur para sellar el convenio comercial con la Unión Europea y concretar un pacto ambicioso con la Asociación Europea de Libre Comercio -EFTA- y Canadá.