El acto eleccionario en el que los argentinos definieron entre Sergio Massa y Javier Milei al dirigente político que gobernará el país en los próximos cuatro años llegó a su fin a las 18 y ahora toda la expectativa se traslada a las 21, momento en el que, según establece la ley, es legal la difusión de los primeros resultados del escrutinio provisorio.  

Sin embargo, según anunció el titular de la Dirección Nacional Electoral, Marcos Schiavi, se estima que los primeros resultados se conocerán cerca de las 22, cuando haya “una tendencia consolidada y representativa”.

Los resultados que se difundirán este domingo son provisorios y al solo efecto de informar a los ciudadanos. El escrutinio definitivo, el único que tiene validez, comenzará el próximo martes.

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Ambos candidatos accedieron a esta segunda vuelta tras salir primero y segundo, respectivamente, en las elecciones generales del 22 de octubre pasado, dejando al margen de esta definición a los otros tres postulantes que también intentaron acceder a la Casa Rosada: Patricia Bullrich (Juntos por el Cambio), Juan Schiaretti (Hacemos por Nuestro País) y Myriam Bregman (Frente de Izquierda).

El aspirante de Unión por la Patria, acompañado por Agustín Rossi, se proclamó vencedor en estos comicios, con el 36,7% de los votos. Ese porcentaje no le alcanzó para ganar en la primera vuelta, lo que hubiera conseguido de haber cosechado el 45% de los sufragios o el 40% y una diferencia de 10 puntos sobre el segundo postulante con más adhesiones.

En consecuencia, se midió con el diputado de La Libertad Avanza, quien, con Victoria Villarruel como candidata a la Vicepresidencia, ocupó el segundo puesto, con el 30% de los votos, tras protagonizar un batacazo e imponerse en las elecciones primarias de agosto.

Un factor de peso que influyó en esta trascendente elección, en vísperas de cumplirse 40 años del regreso de la democracia, radica en la situación económica, marcada por una disparada de precios que se acentuó tras la devaluación del 22% dispuesta por el Gobierno tras las PASO y el consecuente aumento del dólar blue, que superó por primera vez la barrera de los $1.000.

El último dato del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) trajo algo de “alivio”. Luego de dos meses en los que el Índice de Precios al Consumidor fue superior al 12%, en octubre mostró una desaceleración y se ubicó en torno al 8,3%, lo que implicó una variación interanual del 142,7% y un acumulado en lo que va del año del 120%.

Con este panorama, Massa basó su estrategia electoral en una serie de medidas que apuntaron a asistir a distintos sectores de la población ante la pérdida de poder adquisitivo: refuerzos con sumas fijas, la eliminación de la cuarta categoría del Impuesto a las Ganancias y el programa de devolución del IVA, entre otras.

Otros datos desalentadores tienen que ver con la pobreza, que alcanza al 40,1% de la población; la indigencia, que subió al 9,3%; y la abrupta caída de las reservas del Banco Central.

Para cambiar esta realidad, el candidato oficialista y ministro de Economía definió una serie de medidas económicas que marcarán su gestión en caso de ser elegido Presidente el próximo domingo. Entre ellas, destacan una renegociación con el Fondo Monetario Internacional, la desaceleración de la "inflación a menos de la mitad" en 2024, una política fiscal de déficit cero, el refuerzo de las reservas “con el programa de incremento exportador” y una reducción de impuestos

Milei, quien considera que la hiperinflación está “a la vuelta de la esquina”, ha insistido con su propuesta de dolarización de la economía, eliminación del Banco Central y un fuerte ajuste fiscal que, subrayó, “no lo pagará el ciudadano, sino la política”.

Para ello, el libertario propuso un drástico achicamiento del Estado, lo que implica reducción de ministerios, la privatización de las empresas estatales y la eliminación de la obra pública, además de la quita de subsidios una vez estabilizada la economía, según resaltó en sus últimos actos de campaña. Con este plan prometió acabar con la inflación en un período de entre uno y dos años.

El candidato liberal pidió a los ciudadanos que “voten sin medio” ante la “campaña del terror” que, dijo, han procurado instalar sus opositores, quienes ven impracticables algunas de sus propuestas y le cuestionan sus iniciativas más radicales, como la libre portación de armas, la implementación de un mercado de órganos y su intención de desmarcarse de China y Brasil, los principales socios comerciales de Argentina, para alinearse con Estados Unidos e Israel. 

Las elecciones generales, además de un Congreso fragmentado, dejaron profundas secuelas políticas, en especial en Juntos por el Cambio, cuyos votantes, de alguna manera, serán los árbitros de esta segunda vuelta.

La principal coalición opositora quedó al borde de la fractura después de que el expresidente Mauricio Macri y Bullrich anunciaran su apoyo al libertario, decisión que fue duramente criticada por el “ala blanda” del PRO y por la Unión Cívica Radical. En el caso del partido centenario, si bien señaló en un comunicado oficial que mantendrían una posición de “neutralidad”, varios dirigentes dejaron claro que no votarán a Milei y que desde el 10 de diciembre serán opositores al candidato que logre imponerse en la segunda vuelta, cualquiera sea, porque “ese es el lugar” en el que los situó la ciudadanía tras acudir a las urnas en octubre.