El presidente de la Corte Suprema de Justicia, Horacio Rosatti, disertó este martes en el 41° Congreso Anual del Instituto Argentino de Ejecutivos de Finanzas (IAEF), que se llevó a cabo en Buenos Aires, e hizo un llamado de atención acerca de la sobrecarga de trabajo que tiene el Máximo Tribunal del país, además de abogar por el respeto irrestricto de la Constitución, que, a su juicio, "hará que el progreso, el desarrollo y las inversiones fluyan y sean mucho más fáciles".

Ante más de 1.000 personas en el Centro de Convenciones de Buenos Aires, el juez supremo hizo una comparación entre la Corte de Estados Unidos y la Argentina, y precisó que, mientras la primera resuelve entre 100 y 120 casos anuales, el tribunal que preside se ocupa de entre 10.000 y 12.000 casos en ese mismo período. 

"Yo llegué hace 8 años, y tenemos la misma cantidad de personal", remarcó. Por entonces, "entraban 15.000 casos anuales. Hoy esa cifra está en alrededor de 32.000", detalló.

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En ese marco, Rosatti reflexionó sobre los principios que derivan de la Constitución nacional y el rol de los tribunales. Asimismo, señaló que el texto constitucional adhiere a un sistema capitalista "que tiene rostro humano" y agregó que "muchas veces la competencia no se regula sola y la igualdad real de oportunidades no se completa por generación espontánea".

En cuanto a las diferencias entre la figura del político y la del juez, el titular del Máximo Tribunal sostuvo que es casi natural que exista entre las dos funciones una tensión, pero consideró que "si es llevada con inteligencia, debe ser una complementación". En ese sentido, afirmó que "cuando los poderes representativos no resuelven, el tema se judicializa", y advirtió que cada vez más causas llegan a los tribunales.  

"El juez no debe reemplazar al político, al representante del pueblo, pero si el representante del pueblo no actúa y el juez tiene un caso que debe resolver, pues entonces debe resolverlo. Lo deseable en un sistema democrático es que los poderes representativos puedan resolver esas cuestiones luego de un debate, de una participación amplia donde intervengan todos los sectores involucrados de la sociedad. Si no, es una mayoría de tres personas en la Corte la que toma la decisión", dijo.

Y enfatizó: "No tenemos vocación por tomar decisiones trascendentes para la vida de un país cuando esto es el cometido de los poderes representativos".

Asimismo, destacó que el objetivo central del funcionamiento de la Corte Suprema en Argentina es el de ser un tribunal de garantías constitucionales, decir la última palabra sobre la interpretación de las normas y poner fin a los conflictos con criterio ejemplificador hacia las instancias judiciales inferiores.

"Cualquiera sea nuestra profesión, edad o condición social, debemos estar debajo del techo de la Constitución Nacional", comentó. "Si lo hacemos, el progreso, el desarrollo, las inversiones van a ser mucho más fáciles, van a fluir, porque lo que se espera siempre de un país es que no cambie las reglas de juego, sino que respete la seguridad jurídica. Para eso están los tribunales y para eso está la Corte Suprema de Justicia de la Nación", remarcó.

Bajo el título "Argentina: una oportunidad diferente. Acuerdos imprescindibles para un futuro sostenible", el IAEF llevó a cabo su 41° Congreso Anual del IAEF con la presencia, entre otros, del presidente Javier Milei; el ministro de Economía, Luis Caputo; la canciller, Diana Mondino; y el jefe del Gobierno porteño, Jorge Macri.

También participaron el diputado libertario José Luis Espert; el gobernador de Entre Ríos, Rogelio Frigerio; el vicepresidente del Banco Central, Vladimir Werning; el síndico general de la Nación, Miguel Blanco; el exministro de Economía Domingo Cavallo, y decenas de empresarios y ejecutivos de empresas.