Luego de que Venezuela prohibiera que los aviones con matrícula argentina circulen por el espacio aéreo de su país y de que el canciller de Nicolás Maduro calificara al gobierno de Javier Milei como "neonazi", el Estado argentino le respondió a través del vocero presidencial, Manuel Adorni: "Que se puede esperar de un burro más que una patada".

"La verdad que de un Gobierno de dictadores, lo único que puede esperar son cuestiones que no merecen ni respuesta", argumentó el portavoz en su habitual conferencia de prensa en la Casa Rosada, ante la consulta de una periodista brasileña.

"Nos entristece por el pueblo venezolano que estos energúmenos lo gobierne. Hay que restarle importancia a lo que venga de un Gobierno de dictadores. Pueden decir lo que quieran", concluyó. 

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Este martes, después de que Argentina iniciara acciones diplomáticas, el canciller venezolano Yvan Gil atacó a la administración de Milei en su cuenta de X: "El gobierno neonazi de Argentina, no solo es sumiso y obediente con su amo imperial, sino que tiene un vocero ‘cara de tabla’: El Sr. Manuel Adorni pretende desconocer las consecuencias de sus actos de piratería y robo contra Venezuela, las cuales fueron advertidas en reiteradas ocasiones antes del acto delictivo cometido contra EMTRASUR".

Siguiendo la misma línea agregó: "Venezuela ejerce plena soberanía en su espacio aéreo, y reitera que ninguna aeronave, que provenga o se dirija a la Argentina, podrá sobrevolar nuestro territorio, hasta que nuestra empresa sea debidamente compensada por los daños causados, después de las acciones ilegales realizadas, solo con el fin de complacer a sus tutores del norte".

La medida del líder chavista, que afecta a los vuelos de Aerolíneas Argentinas a Punta Cana o Nueva York, e incluso a viajes privados, se debió principalmente -según indicó el portavoz del gobierno- a una "represalia" por la decisión del presidente Milei de entregar a Estados Unidos el avión venezolano-iraní que estaba retenido en Ezeiza.

Hace un mes, y luego de un año y ocho meses, la aeronave dejó el suelo argentino con destino al país norteamericano, que había solicitado que sea decomisado debido a la transferencia irregular por parte de la compañía aérea de Irán Mahan Air a Emtrasur, filial de la empresa estatal de Venezuela Conviasa.