El Gobierno de La Libertad Avanza desembarcó en la Casa Rosada con múltiples focos de conflicto abiertos y con una clara desventaja en el Congreso, al que Javier Milei le dio la espalda en su discurso de asunción del pasado 10 de diciembre. Sin embargo, más allá de considerar al Poder Legislativo como "la casta", el oficialismo siempre supo que no podría lograr el aluvión de reformas que se propuso sin lograr apoyos. 

Así, el viernes pasado finalizó el período ordinario y, si bien no se oficializó, se espera que el Gobierno convoque a sesiones extraordinarias. A un año del inicio de su administración y con menos de un tercio de los diputados y senadores, el Presidente logró mayormente controlar la agenda parlamentaria. Y aunque sufrió varios sobresaltos, consiguió triunfos importantes.

Las victorias

A pocos días de asumir y tras dictar el decreto 70/23, el Gobierno mandó al Congreso el proyecto de Ley Bases. Su versión original contaba con más de 600 artículos que tocaban casi todas las áreas del Estado nacional. 

Aunque el oficialismo aspiraba a que el Poder Legislativo le diera un tratamiento exprés, las negociaciones fueron frágiles y culminaron con el fracaso de principios de febrero, cuando se vio obligado a retirar el proyecto. La versión posterior fue más acotada y mejor discutida, por lo que un mes después consiguió el consenso necesario y logró el aval de la Cámara de Diputados con ayuda transversal de los bloques, con excepción del kirchnerismo duro y la Izquierda. 

Esa nueva iniciativa estaba dividida en dos partes: por un lado, la Ley Bases y Puntos de Partida y, por otro, el Paquete de Medidas fiscales Paliativas y Relevantes. Su tratamiento no fue menos polémico, por lo que también se demoró su discusión en el Senado y fue modificado. En total, pasaron casi siete meses hasta cristalizarse en los hechos.

Entre los puntos más importantes que logró aprobar el oficialismo fueron las facultades delegadas; el Régimen de Incentivos para Grandes Inversiones (RIGI); privatizaciones; reforma laboral; blanqueo de capitales e impuesto a las Ganancias.

Otro triunfo que se llevó en este primer año fue la Boleta Única de Papel. Si bien se trataba de un proyecto que venía impulsado por Juntos por el Cambio, fue la primera iniciativa que la vicepresidenta Victoria Villarruel quiso promover con celeridad en su desembarco en el Senado.

Sin embargo, por la Ley Bases y discrepancias en algunos puntos del sistema de votación se empantanó hasta mediados de este año, cuando había tenido dictamen en comisión en enero pasado. Con la aprobación de la BUP, la Argentina dejará atrás -en el ámbito nacional- la boleta de papel sábana. 

La resistencia

Los decretos 70/2023 y el 846/24 generaron muchas rispideces, pero por ahora el Gobierno logra sostenerlos. El primero, lo dictó antes de enviar la Ley Bases original al Congreso y se proponía desregular la economía. El segundo, más de nicho, fue dictado para modificar la ley de Administración Financiera para que el ministro de Economía, Luis Caputo, pueda llevar a cabo el canje de la deuda externa sin pasar por el Congreso.

El DNU 70 fue rechazado por el Senado en marzo pasado, pero logró que quedara cajoneado en la Cámara de Diputados, mientras que los detractores del 846 ni siquiera obtuvieron el quorum para poder voltearlo. 

Por otro lado, el oficialismo logró resistir los vetos a la ley de financiamiento universitario, que actualizaba los presupuestos y sueldos, y a la ley que incrementaba las jubilaciones y modificaba su fórmula. En ambas, tuvo apoyo del PRO y de un grupo de radicales. 

La derrota

La única derrota de gran magnitud de La Libertad Avanza fue cuando el PRO, su aliado principal, rechazó el decreto que le otorgaba fondos a la SIDE. Lo propio hizo el Senado, por lo que desató una de las peores semanas del Gobierno en el Parlamento. 

Los pendientes

A mediados de la semana pasada y tras revalidar a Martín Menem en la Presidencia de la Cámara de Diputados, el Gobierno anunció el llamado a extraordinarias. El temario incluirá seis puntos: reforma electoral; reforma política; juicio en ausencia; ley antimafia; los viajes del presidente; y fueros de la política

La Casa Rosada no incluyó el Presupuesto 2025, luego de que haya sido presentado con bombos y platillos por el Presidente el pasado 15 de septiembre. De esta manera, se encamina a prorrogar por segunda vez el de 2023. 

La discusión por la previsión de los gastos del Poder Ejecutivo tuvo en vilo al Congreso de la Nación durante el último trimestre de este año. Es el único tema con que el oficialismo puede seducir a la oposición para hacer funcionar el Poder Legislativo fuera del período ordinario. 

Por lo tanto, fuera el presupuesto 2025 del temario oficial, la mayoría de estas iniciativas planteadas por el gobierno de Milei podrían patearse para el 2025, a las que se le plegarían algunas más. 

En el horizonte aparece la privatización de Aerolíneas Argentinas, luego de semanas de conflicto con los gremialistas que operan en la aerolínea de bandera. Probablemente, no sea durante el período extraordinario, sino a partir de marzo. 

La Ley Hojarasca es otra aspiración oficial. La envió en octubre y busca eliminar leyes obsoletas o que limitan las libertades de los ciudadanos, las cuales fueron aprobadas en los gobiernos militares y en las gestiones de presidentes constitucionales del siglo XX.